Puede que el mundo necesite que lo arreglen, pero vale la pena preservarlo.

Tras leer La Pirámide Roja, la primera parte de la trilogía de Las Crónicas de Kane, de Rick Riordan, a finales de 2018, Neswi y yo decidimos continuar con la saga a finales de 2019, con El Trono de Fuego. Tal como ya pasó con la reseña original, eso sí, esta reseña llega con retraso. Hay que querernos así. Continúa bastante en la línea del libro anterior, especialmente en temas de representación y de trama, pero cuando es el segundo ya sorprende menos.

Como es habitual leyendo a libros del tito Rick, una intenta mantener un calendario de LC y de repente la historia te atrapa y ups, me leí todo el libro. Es una de las cualidades de su escritura: es muy fresca y reconfortante; y además la trama es muy adictiva. En este libro la historia se complica: en comparación al anterior, que se me antojó algo simplón, los hermanos Kane empiezan a ser un elemento reconocido y reconocible de su cosmología y, en consecuencia, también se eleva el nivel de las amenazas y de los enemigos. Eso no implica la falta de bromas, ni de juegos de palabras, que se han solventado de forma bastante creativa en la versión española (que, como siempre, se leyó Neswi, y que comparamos con mi lectura de la versión original).

Es bastante interesante la evolución de ambos hermanos, desde el principio del libro anterior al principio de este, y luego al final de este. Es bastante gratificante leer historias de dos hermanos que se sienten como hermanos, la verdad, especialmente cuando tienen una relación como la de estos dos. También se recuperan varios personajes secundarios de libros anteriores y, además, aparecen algunos nuevos de muy interesantes, de los que espero leer más en el tercer y último volumen de esta trilogía.

En resumen, este nos ha gustado aún más que el anterior, y estamos ya a punto de entrar en la última de las LCs, de la que os traeremos también reseña (a ser posible, sin tanto retraso, pero aquí no prometemos nada). Considerando la evolución de la trilogía, este libro es mejor que el anterior y, si no por otra cosa, lo convierte en una elección muy válida para una lectura entretenida, con representación, con diversidad y con un fondo de investigación profesional y perfecto.