El heroísmo es una ocupación mal remunerada

El Zorro llegó a mi por primera vez en un momento en el que requería lo que este libro proporciona. Siendo joven, adorando los libros juveniles de Allende pero sin permiso materno para leerme sus libros adultos aún, nos encontramos en la Feria del Libro. Fue amor a simple vista. Y, sin embargo, ese chispazo inicial no dio paso a una terrible desazón; mi primera lectura de este libro fue absorbente, intrigante, emocionante, tocando más fibras de mi ser de las que creía tener por aquél entonces. Y por ello, decidí darle una segunda oportunidad este año.

Esta es una historia que se cuenta a través de sus personajes y de las emociones. Las acciones, los sucesos, a veces son más anécdotas que trama. Lo que mueve el libro son las personalidades que existen a su alrededor. Exquisitamente investigado para mantener la ficción histórica basada en la realidad, este es un libro lleno de personajes que respiran y que piensan como si fueran reales. Diego de la Vega, nuestro Zorro, es el personaje que todos conocemos y, a la vez, alguien tan exquisitamente descrito que cuesta creer que la autora le sacara de su mente. Llenos de contradicciones, emociones, sentimientos y tonos de gris, los múltiples personajes que acompañan a Diego no dejan de ser igual (o incluso algunos más) de interesantes que él. Personalmente, Isabel siempre fue y sigue siendo mi favorita.

La historia es indudablemente una historia de corte juvenil, llena de aventuras, romances y emociones fuertes que acompañarán a Diego desde la niñez hasta los inicios de su vida adulta. Allende relata exquisitamente anécdotas graciosas, conspiraciones políticas, lances de espadas y tímidos amoríos con la misma maestría y una gran elocuencia que, al mismo tiempo, se hace fácil de leer y cercana. Si bien mi nostalgia y recuerdos claramente no me convierten en la lectora más objetiva, este libro sigue lleno de habilidad y creatividad. Una joya donde las haya, aunque quizá, si la trama no parece llamarte, es que no es para ti. Recuerda: ¡no porque un libro sea bueno, tiene que gustarte!