—¡Mamá! Mamá, por favor no me hagas esto, te lo pido por
favor. Deja la escopeta de papá en la encimera, todo tiene una explicación…
—Mataste a todos tus compañeros… Y tu hermano ¡POR DIOS
SANTO! ¡A TU PROPIO HERMANO!
Abril de 2001
—Después del desastre de la primera instalación, por fin podemos
disfrutar del Bañerator 2000TM. Después de un año, y una inversión
desmedida…
—Bueno mujer, no seas así.
Mi Manolo siempre había sido un buenazo, y un cabezón. Si
por mí hubiera sido hace tiempo que el tema del yacusi se hubiera ido a paseo.
Pero mi Manolo era un cabezón. Nació nuestro primer hijo y solo habían
arreglado la fachada y la terraza. Al final el dinero soluciona las cosas, pero
no tan rápido como pensábamos.
Estábamos esperando nuestro segundo hijo y por fin logramos
vivir en aquel casoplón y tener el Bañerator. Nuestro Martín era un niño
precioso, tenía casi un año y era el bebé más despierto y listo del mundo. Y no
es porque fuera su madre, es que era la verdad.
—¿No te metes conmigo en el Bañerator?
—Manolo, con esta barriga yo ahora no me meto, que igual
el niño nos sale revoltoso, tonto, un asesino o peor… Un violador.
—Timita, de verdad qué agorera eres. Nuestro niño va a
ser igual que Martín, un niño listo, espabilado —mi Lolo se acercó al borde del
yacusi y me salpicó con el agua calentita—. Si se vuelve un psicópata asesino
será por un golpe en la cabeza, o porque (dios no lo quiera) no habremos sido
unos buenos padres. O que se junte con malas compañías. Pero por las burbujas
del yacusi, ya te digo yo que no va a ser. Así que métete conmigo y disfruta
del agua.
La verdad es que no me convenció, no tenía ganas de
meterme en la bañera y menos estando de siete meses ya. De repente un llanto
atronador, Martín debía de haberse despertado de la siesta y fui a comprobarlo.
Efectivamente, allí estaba con sus ojos azules enormes llenos de lágrimas y en
el momento que me vio paró de berrear y se puso a reír. Es que mi niño era muy
listo. Cogí al niño, me lo llevé al butacón de su habitación y me senté con él
en mi regazo.
—Mira Martín —le señalé mi barriga perfectamente redonda—
aquí dentro está tu hermano. Ahora mismo dudamos si ponerle Enrique (como tu
abuelo) o Enzo. Tu padre quiere que se llame Enrique para poder llamarle Quique
y a mí eso me horroriza porque un delincuente del antiguo barrio en el que
vivíamos se llamaba así. “Kike”, trapicheaba con todo y al final acabó en la
cárcel por asesinar a un chico que estaba vendiendo droga en su “territorio”.
Como si la calle fuera de los delincuentes. Y mira, yo no quiero que tu hermano
sea un delincuente. No quiero que sea un ratero, un drogadicto… Aunque lo peor
de lo peor sería que fuese un psicópata o un violador. ¿Te imaginas? Convivir
años con alguien sin saber que es un asesino en potencia. Pero bueno, por
suerte a nosotros no nos pasará eso. Tu hermano se llamará Enzo. Eso es,
convenceré a tu padre para que tenga ese nombre. Tú me ayudarás a que sí,
Martín de mis amores, tesoro mío, cosa guapa… ¿Quién es el niño de mamá? ¿Quién
va a ser el hermano mayor más bueno y responsable? ¿Quién te va a querer toda
la vida?
—Ya me parecía que el niño se había callado así, como de
repente —Manolo apareció por la puerta con una cara de felicidad inmensa—. Así
que Enrique descartado ¿no?
—Sí. Lo siento cariño, pero es que no me apetece que
nuestro hijo tenga nombre de asesino. Y lo siento por tu padre —intenté
aguantarme la risa, pero fue un poco inútil.
—Bueno, se tendrá que conformar con que alguno de mis
hermanos les ponga ese nombre a sus hijos. Si tú quieres que el pequeño se
llame Enzo, así se llamará —mi Lolo se acercó a nosotros y nos abrazó. Íbamos a
ser una familia de cuatro de lo más felices. Una familia unida y sin fisuras.
Una familia normal.
Noviembre 2018
—¿Mamá? Por favor, deja la pistola. Todo tiene solución.
—¿Y tu hermano? ¿La familia de esos chicos? ¿Eso también
tiene solución?
La cara de Martín está llena de lágrimas y tiene los ojos
inyectados en sangre por el pánico. O por lo menos es lo que parece, porque ya
no me creo nada de mi hijo. Cómo ha podido, sangre de mi sangre, matar de esa
manera a todos sus compañeros. Era un buen chico, estudioso, muy protector con
su hermano, pensaba que estaba saliendo con una compañera de su clase. Pero
resulta que no conocía en absoluto a mi hijo. Yo creía que sí, pero no. Me
tiemblan las manos, la escopeta me pesa. Esta noche iré a la cárcel, mi marido
me odiará por toda la eternidad, pero es algo que tengo que hacer. No voy a
dejar que uno de mis hijos se pudra en la cárcel cuando uno matado a otro de
mis hijos y ha propiciado una masacre. Se merece algo más que la cárcel.
—Mamá, te aseguro que eso ha sido un accidente, yo no
quería
—No querías qué, ¿matar de más de 40 puñaladas a tu
hermano, o desangrar a tus compañeros?
En ese momento mi hijo se mueve en busca de algo que
lanzarme y disparo.
—Aaaaahhh, pero mamá —Martín se agarra la pierna herida y
su cara cambia por completo—. Tú solo querías a Martín. Y él no se lo merecía,
era un estúpido. Al igual que mis compañeros. No merecía vivir ninguno. Idiotas
superficiales, se creían mejores solo por ir a un colegio de niños pijos. Eran
patéticos. Yo solo les ayudé a pasar a un plano de existencia mejor. Un sitio
mejor: a dos metros bajo tierra.
No lo pienso. Apreto el gatillo y la bala acaba entre ceja
y ceja. Me quedo sin hijos y sin familia. Salí por la puerta principal y la
policía me estaba esperando. Lo siento por mi Lolo.
Un asesino menos en la ciudad.
FIN
- Este relato está enmarcado en el Reto de escritura de #OrigiReto2018 para el objetivo: 23- Escribe los pensamientos de una embarazada que tenga miedo a que su hijo salga violador o psicópata.
- Podéis consultar las bases y apuntaros a participar en estos preciosos blogs: aquí o aquí. (Son los blogs de @Stiby2 y @MUSAJUE respectivamente.)
- Encontraréis mis demás relatos del reto aquí.
Buenas tardes
ResponderEliminarY ya puestos, también he leído este. Me ha dado un poco de pena que la familia del relato anterior haya acabado así, pero el relato en sí está muy bien conseguido. Has usado muy bien la técnica de "in medias res" para ganarte el interés del lector y generar intriga.
Muy bien logrado todo, incluida la personalidad psicopática del asesino.
Un saludo.
Juan.
Este relato también está genial. Coincido en todo con Juan, me ha gustado mucho que empezases a mitad del relato y luego pusieses el flashback y el flashfoward.
ResponderEliminarAl final la pobre madre tenía razón, qué desgracia de familia.
Tienes una capacidad especial para narrar una situación horrible y que parezca hasta graciosa. No sé si es por tu forma de escribir pero me ha gustado mucho. Aunque el anterior me ha gustado más porque era muy humorístico y yo ahora mismo necesitaba eso :) Pero ambos están muy bien. Enhorabuena por la pegatina completa!