—Manolo, no sé si esto va a salir bien —Fátima se
abanicaba con un folleto del Gadis que se había sacado del bolso—. El
contratista ha dicho que todavía no lo ha encontrado.
—Timita mía, te prometí un yacusi con sus chorritos y
todo y por mis huevos que esta semana lo tienes —el hombre tenía el teléfono
pegado a la oreja, esperando a que el contratista le dijese donde estaba el Bañerator
2000TM que habían comprado hace una semana y debería haberles
llegado ese día.
Fátima se metió en la casa por la gran puerta acristalada
que daba acceso del jardín al salón. Hacía un año que les había tocado la
primitiva, al principio decidieron ser discretos y no decir nada a nadie. Pero
resultó que hicieron muy buenas inversiones, la empresa que creó Manolo de seguridad
privada fue un pelotazo y dejaron de disimular.
Se compraron un terreno y construyeron una mansión de las
típicas: con su pista de pádel, su cancha de baloncesto, su pequeño cine en el
interior y su piscina olímpica. Estaban encantados, excepto por el detalle de
que faltaba el dichoso yacusi del demonio. Fátima estaba cansada de la obra
mastodóntica que había supuesto la mansión y lo único que quería era poder
dormir ya en su nuevo hogar. Un hogar inmenso, por otra parte.
—Manolo, me voy a ir a la cama, que el embarazo me tiene
agotada.
—Vale, Timita, voy a ver si estos estúpidos me hacen caso…
¡Si! Si, si, si, si, si sigo aquí —Manolo volvió al jardín con el teléfono
pegado a la oreja.
Fátima se fue a su habitación, pero se vio interrumpida
por el sonido insistente del timbre de la puerta y puso rumbo a la puerta
principal de la casa.
—Buenos días señora, venimos a instalar el Bañerator 2000TM.
—¡MANOLOOOOOOOOOOOOO! —Fátima lo dio todo en llamar a su
marido.
—Qué pasa, ¿no ves que estoy al teléfono? —apareció por
la puerta del jardín con el teléfono en la oreja.
—Tu querido Bañerator 2000TM está aquí.
—Ostras, si que ha sido efectivo insistir tanto por
teléfono —Manolo se había apartado el teléfono para hablar con su mujer, y se
lo volvió a poner para terminar la conversación—, mire justo ha llegado el
yacusi. Sí, no se preocupe. No volveré a llamar si no hay ningún problema más,
venga, sí, hasta luego.
El hombre colgó el teléfono y fue junto a su mujer para recibir
a los operarios.
—Señores, ¿dónde quieren que instalemos el Bañerator 2000TM
—tres operarios estaban bajando el yacusi del camión, mientras el que
hablaba hacía de relaciones públicas.
—Creo que el piso de arriba, en nuestra terraza… Sí, será
el mejor sitio.
Manolo estaba muy contento con su decisión y no vio la
cara de horror de su mujer y de los cinco operarios.
—Señor, ¿dónde está su terraza?
—En la parte interior, tiene vistas a la sierra, al
jardín y a la piscina —a Manolo se le salía el orgullo por los poros.
—Entiende que si lo instalamos ahí tendremos que llevar
el yacusi al jardín, alquilar una grúa y ponerla en el jardín y desde allí
instalar el Bañerator en su terraza. Y no solo eso, sino que además hacer la
obra.
—Perfecto, ¿cuándo empiezan?
Ante la cara de estupefacción de todos poco se podía
hacer. Manolo había ganado, sabía que iba a tener que pagar un plus por la
grúa, pero en nada iba a tener su Bañerator del alma.
Los operarios trasladaron el aparato al jardín, y se
fueron porque ya era tarde para que la grúa fuera hasta allí.
Al día siguiente volvieron con la grúa y con toda una
cuadrilla de trabajadores para montar el yacusi soñado de Manolo.
—Espero que estés contento Manolo, esto nos va a salir
por un pico.
—Timita, será poco para todo lo que te mereces.
—Amor, sabes perfectamente que podemos vivir sin el
yacusi.
—Lo sé —Manolo abrazó por detrás a su mujer, mientras
observaban como la grúa elevaba el Bañerator—, pero quiero darte todos los
caprichos con los que soñábamos cuando vivíamos en nuestro pisito de solteros.
¿Te acuerdas de la conversación de cómo íbamos a pagar el alquiler?
—Madre mía, parece toda una vida y sólo ha pasado un año.
Manolo, no te empecines. Con esto estamos bien. Por favor, ningún gasto más.
—De acuerdo. Pero si me apetece regalarte cualquier
chorrada, te aseguro que te la compraré —el hombre sonrió y beso a su mujer en
la mejilla.
—Lo aceptaré con gusto.
—¡CUIDADO JOAQUIN! —Uno de los operarios gritaba a quien
controlaba la grúa, ya que se pasó unos centímetros de elevación.
Manolo y Fátima contuvieron la respiración, el yacusi
estaba al borde de la terraza. Los operarios que estaban allí consiguieron “atrapar”
el Bañerator y ponerlo en el sitio indicado por el señor de la mansión.
—Bien, Joaquín. Ya’sta, suéltalo
Y después de que la grúa soltara el Bañerator 2000TM,
sucedió la desgracia. Todo sucedió a cámara lenta, el yacusi se quedó aguantando
su propio peso en el pollete de la terraza. Primero se escuchó un crujido,
luego un “amos no me jodas, esto no puede estar pasando”, para a continuación
ver como caía la bañera gigante terraza abajo, destrozando la propia terraza,
un cacho de fachada y parte de la piscina.
—ME CAGO EN TODO LO QUE SE MENEA, EL BAÑERATOR DOS MIL TE
EME, LA PUTA GRUA Y LA MADRE QUE OS PARIÓ A TODOS —Manolo estalló al ver
flotando el yacusi en la piscina.
Sin embargo, Fátima estalló en una carcajada, el maldito yacusi
se había cargado media casa, Manolo berreaba y los pobres operarios no sabían cómo
reaccionar.
—ME VAIS A PAGAR UN JACUSI NUEVO Y TODOS LOS DESPERFECTOS,
MECAGO EN TODO YA.
—Ay Manolo, tranquilízate que como sigas gritando el niño
va a salir disparado —Fátima no podía parar de reírse —. Tranquilo, esto tiene
solución.
Fátima mandó a los operarios a sus casas y consiguió
tranquilizar a su marido. Una vez llegó la noche y se fueron a acostar, Manolo
ya había solucionado todo, el seguro se haría cargo de todo y pronto la casa
volvería a la normalidad. El dinero soluciona las cosas rápido.
- Este relato está enmarcado en el Reto de escritura de #OrigiReto2018 para el objetivo: 21- Escribe de manera realista cómo actuaría tu personaje principal para conseguir lo que más desea si fuera millonario.
- Podéis consultar las bases y apuntaros a participar en estos preciosos blogs: aquí o aquí. (Son los blogs de @Stiby2 y @MUSAJUE respectivamente.)
- Encontraréis mis demás relatos del reto aquí.
Buenos días
ResponderEliminarMe he pasado por tu blog y he podido leer este relato. Sé que me quedan muchos por leer, pero poco a poco :)
Decía esta mañana que considero muy difíciles de escribir tanto el terror como el humor. Este relato tiene una base humorística muy bien conseguida. Resulta muy divertido y se lee en un suspiro. Y, desde luego, cumple con el objetivo (por cierto uno de los dos que me quedan a mí).
Un saludo.
Juan.
Hola Nes!
ResponderEliminarVaya risa con el bañereitor (no podía dejar de pensar en el pajilleitor plus y ya de por sí me daba la risa). El señor del relato es muy gracioso con el movil, me lo imagino gritando rollo como si hablase con alguien muy lejos en lugar de hablarle al móvil.
Y la pobre mujer encima embarazada se ha quedado sin casa. Al menos tienen dinero para solucionar todo pero esperemos que al pobre (tacha eso, rico) señor no se le pase por la cabeza hacer muchos regalos caros a su mujer porque el dinero como viene se va y me los veo de vuelta en el pisito viendo como se ganan la vida xDDD