*Este texto incluye spoilers de Yaşamayanlar (Inmortals) leer bajo vuestra propia responsabilidad*
Mia no sabe que pensar sobre Dmitri, es su mortal enemigo, pero le ha salvado la vida y lleva tres días cuidando de ella mientras entraba y salía de la vigilia. Ella le había dejado claras sus intenciones, había ido a la ciudad para acabar con él.
—No entiendo qué quieres decir con que conmigo empezó todo. —Dmitri está sentado en la cama apoyado en el cabecero.
—Da igual, yo no entiendo por qué me salvaste cuando todos sabemos que no toleras la traición y yo lo he hecho tres veces. —Mia escucha como suspira el vampiro pelirrojo a su espalda mientras ella mira un punto fijo en la pared y recuerda esas tres veces: apuñalarlo en el pecho, instigar a los humanos para que luchen contra él y unirse a Karmen en su contra. Sigue confusa. Quiere odiarle, pero ahora tiene un punto de gratitud a su favor.
—¿Melisa? No debió intentar matarte sin consultarme.
—Fue tu compañera durante más de un siglo. —Sigue mirando la pared fijamente.
—No debió hacerlo.
Dmitri se levanta de la cama y se va de la habitación dejando a Mia sola con sus pensamientos cada vez más enmarañados y confusos. Una semana en la ciudad y sus creencias estaban tambaleándose. ¿La humanidad es una buena idea? Así, como concepto general parece que sí, pero la bondad que se espera de ellos es solo un espejismo. Por no hablar del reencuentro con su amor platónico, Numel. Conocerse en una celda antes de ser convertida en vampiro por Dmitri no fue, lo que se dice, muy romántico. Enamorarse sin verse las caras fue un hito. El cautiverio es lo que tiene, hace compañeros inesperados y enamorados por los siglos.
Al cabo de un rato, Mia se levanta de la cama y coge un vestido que está en uno de los armarios, intenta no pensar en que seguramente fuera de Melisa y que seguramente vaya a tener el mismo destino que ella: la muerte. Se mete en el baño para asearse y sentirse un poco más ella misma. Cuando acaba, baja al salón de la casa y se asoma a la terraza desde donde se ve la ciudad.
—Te queda bien. —Dmitri aparece a espaldas de Mia. Ella no se mueve de su posición y sigue mirando la ciudad.
—Gracias, supongo. —Se coloca un mechón pelirrojo detrás de la oreja y se da la vuelta para mirar a la cara a su enemigo— ¿Por qué me salvaste?
—Porque no sería la primera vez que alguien se enamora de su verdugo. —Dmitri se acerca a ella y le acaricia el mentón.
—¿Enamorarte? ¿Tu? —Mia dio un paso atrás, confusa.
—Por qué te sorprendes… Tú te enamoraste del tuyo —Dmtri habla despacio, dejando que Mia reciba las palabras como impactos de bala directos a su cordura— Sí, estoy hablando de Numel. Hace doscientos años entré en unas celdas para rescatarle, lo confieso, tardé en reconocerte cuando entraste en mi bar, pero ya sabes que el tiempo no perdona a nadie y tú solo te estabas desangrando en el suelo. Eras una más —hablaba tranquilo con un deje socarrón e irónico—, de las decenas de cadáveres que dejamos en aquella época. Recuerdo sacarle de la celda, celebrarlo y luego me mandó fuera. Tenía algo que hacer. Y ese algo eras tú.
—No. No me puedes engañar. Tú me convertiste. Fuiste lo último que vi.
—Pero no al último a quien sentiste. Cierra los ojos y concéntrate en ese día. Sabrás que no miento.
Mia sale a la terraza y se agarra a la barandilla y deja que el viento le revuelva el pelo, no quiere creer a Dmitri pero sabe que así saldrá de dudas. Cierra los ojos y vuelve a aquel día en una mazmorra perdida de la mano de dios. La daga en su cuello, el grito desgarrado de Numel desde la celda. Pasos. Gritos. Más sangre. Dmitri riéndose mientras se quita la capucha y su pelo largo asoma desordenado. Más pasos. Oscuridad. Lágrimas. Alguien pide perdón y siente mucho dolor. Gritos. Sed, mucha sed. Maná rojo que sacia la sed. Un latido reconocible. Numel pide perdón al oído de Mía. Pasos que se alejan, dejándola sola en su conversión.
—No. No puede ser… Numel no.
—Desde aquel día no volvió a ser el mismo, nos dejó de lado. Y es el Numel que conoces. El bueno de Numel. El santo. —El deje de dolor en su voz era notable— Nuestra vida ya no era suficiente para él, ahora éramos monstruos… Cuando él era humano no era mejor que yo ahora.
Mía entra en la habitación, el aire ya no la ayuda, y camina por la estancia en círculos alrededor del conjunto de sofás, en un momento decide cambiar de dirección e ir a una de las mesas de la pared e intenta distraerse mirando los objetos decorativos: un microscopio antiquísimo, una jeringa de plata (también antiquísima), una foto de una mascota que desentona demasiado... Mientras Dmitri, también entra en el salón pero solo está de pie, observando cada movimiento de la vampira.
—¿Por qué? ¿Por qué no me dijo nada? ¿Por qué me dejó sola? No sabía que estaba pasándome. No descubrí lo que era hasta que intenté quitarme la vida, entonces pensé que me había vuelto loca…
—Hasta que comiste por primera vez.
—Somos monstruos.
—No. —Dmitri se acerca a ella y la sujeta por los hombros—. Somos conscientes de todo. No nos atan las mismas reglas que a los humanos. Somos mejores.
Mia no sabe qué hacer o qué pensar, solo quiere alejarse del ruido de su cabeza. Todo su plan se ha desmoronado en un momento, al igual que su realidad. Numel fue su verdugo, es al él a quien tiene que matar si quiere recuperar su humanidad. Sabe que no tiene fuerzas para hacer eso. ¿Y si ese amor es un espejismo de su vida longeva? Numel hace siglos que no está, pero sigue pensando en él.
Dmtri es atrevido, la estrecha entre sus brazos y ella se deja. Está harta de luchar, y esa pequeña chispa, que sintió cuando vio a Dmitri en el bar la primera noche, se hizo más fuerte con ese abrazo. Es verdad, ya no tiene por qué negarlo, siente algo por Dmtri y no precisamente el odio que ella creía que era. La atracción es evidente, pero tenía miedo de ceder ante ella. Él es perverso y ella demasiado humana.
Las horas pasan y el amanecer los atrapa abrazados. El día llega y Mia tiene que tomar una decisión: dejarse llevar por un nuevo fuego o derrocar al rey malvado. Dmitri toma de la mano a la vampira, le da un beso en los labios y la guía hasta el dormitorio principal.
Quizá hoy no sea un día de tomar decisiones.
FIN
- Este relato está enmarcado en el Reto de escritura de #OrigiReto2019 para el objetivo 17.- Haz un fanfic. En este caso es sobre la serie de Netflix Yaşamayanlar, inmortals en inglés.
- Objeto oculto: 3.- Una jeringuilla 12.- Una mascota 22.- Un microscopio
- 1135 palabras.
- Medallas: cero. Ni una. Si no sé para qué miro xD
- Podéis consultar las bases y apuntaros a participar en estos preciosos blogs: aquí o aquí. (Son los blogs de @Stiby2 y @MUSAJUE respectivamente.) Pero ya para 2020.
- Encontraréis mis demás relatos del reto aquí.
Últimas medallas
¡Holi!
ResponderEliminarVengo a decirte que la trama no sé, me has puesto vampiros y turcos y creo que has logrado sacar lo mejor y lo peor de ambas cosas a la vez, la verdad.
La puntuación de diálogos me ha parecido maravillosa, a excepción de esta frase: "El santo. —El deje de dolor en su voz era notable— Nuestra vida" en la que te has dejado el punto antes de Nuestra.
Also, has puesto un objeto de más xDDD Me da xDDD
Un besazo, bonita, y gracias por compartir el #OrigiReto2019 conmigo ♥
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ResponderEliminarPor alguna razón me halaga ver tres objetos ocultos en el relato xD a ver empezaré diciendo qué no conozco la serie pero bueno parece de tema vampírico y con bastante trama xD me pierdo un poco con los personajes y eso pero creo que te ha quedado algo bastante resultón. La verdad me alegro muchísimo de que hayas logrado terminar el relato de diciembre a tiempo y que sepas que está muy bien, me ha parecido genial redactado y la frase final es simplemente perfecta. Lo de como se convirtió ella y sus miedos estando sola me ha parecido super emotivo y reacciones muy reales, bien hecho wapa ^^ un abrazote grande 💙😊
.KATTY.
Muy buenas!
ResponderEliminarTengo que confesar que ver la daga me sacó del relato porque pensé ¡¡tiene que ser de cristal!! luego vi tres objetos y ninguno era ese jaja en la enumeración.
Anyway, sobre el relato, parece más una escena cotidiana de lo que creo que es. Creo que sigues explicando demasiado en forma de diálogo pero en esta ocasión he seguido mejor la historia. La confusión de la vampira es un poco conflicto de intereses ahí; supongo que años de pensar en ello le harán tomar la mejor decisión en cuanto a sus sentimientos. O no xD. Por lo pronto no sé si la cama parece buena idea jajaja pero quién soy yo para contradecir a tus personajes.
El tema de los vampiros me ha gustado pero a la vez no he llegado a entender del todo el contexto, ¿el vampiro que la había convertido es el que es ahora su novio pero ella quería venganza pero luego no porque descubre que está enamorada? *insertar cerebro explotando* * y eso que aún no son ni las dos de la mañana* xDDD
De todos modos me ha gustado eso de que el amanecer les pilla abrazados y que se vayan a dormir o a lo que sea con la salida del sol. Vampire things e.e