vía GIPHY
Domingo 17 de marzo de 2019
18:00 - WOODLAWN
CEMETERY
Webster Avenue & East 233rd
Street Bronx, New York
—¡Teniente! Hemos encontrado algo en el lado oeste
—Carisi hablaba a través de la radio.
—De acuerdo. Vamos para allá, ¿algún rastro de la chica?
—La teniente respondió esperanzada.
—Aún no.
La teniente Olivia Benson caminaba por el cementerio
junto al sargento Tutuola en busca de una pista que los llevara hasta la chica
desaparecida. Habían desplegado un pequeño dispositivo, algo discreto ya que no
querían llamar la atención del secuestrador. Además, había alerta por tornado y
tenían que ser rápidos.
Buscaban a la quinta víctima del “Cuentacuentos”, quien siempre
utilizaba el mismo modus operandi: vigilaba a sus víctimas, las observaba
durante días, estudiaba su rutina y finalmente el día que la familia estaba
reunida era cuando atacaba. Siempre a familias con una sola hija, y siempre
adineradas. Mataba a papá y a mamá, sedaba a la chica y se la llevaba. Y todo
sin dejar ningún tipo de rastro.
No se encontró nada en los cinco domicilios de las víctimas
que delataran al agresor. Pero durante el tercer secuestro, la unidad de delitos
informáticos encontró dos vídeos en la “Deep web” que habían coincidido con las
fotos de las niñas desaparecidas.
Lo que vieron daba auténtico pavor. En el primer vídeo se
veía como alguien preparaba a la niña, la vestía con primor, la peinaba con
dulzura y le ponía unos zapatitos de cristal. Se sentaba a su lado y le contaba
un cuento. La chica, Helen se llamaba, tenía el rostro petrificado en una mueca
de terror, solo se movían sus ojos desesperados. Estaba paralizada y a completa
merced del hombre misterioso. Era listo; no mostró su rostro en pantalla.
El segundo vídeo no era apto para estómagos sensibles.
Mismo proceder. Esta vez era la pequeña Emily. Tenía seis años, estaba en silla
de ruedas, era alegre y vivaracha. Las imágenes mostraban como el “Cuentacuentos”
preparaba a la criatura con mimo, le peinaba el cabello rojo con atención, le ponía
la parte de arriba de un bikini de color morado y luego le serraba las piernas
a la altura de las caderas, pues no las iba a necesitar. En su lugar le colocó
la cola de algún pescado. Una cola de pescado de verdad, brillante y viscosa.
Una vez acabó, admiró su obra, la tendió en la cama y le contó el cuento de la
sirenita, solo para ella. Y al terminar de leer se marchó. Esa vez tampoco se dejó
ver.
A las 72 horas del tercer secuestro apareció otro vídeo.
Esta vez era el cuento de Rapunzel. Y mismo proceder, mismo terror en la cara
de la niña y misma rigidez en el cuerpo. Misma sensación de horror en todos
aquellos que tuvieron acceso al vídeo.
Así hasta este quinto secuestro. Se lanzó una alerta
AMBER en el momento que se encontraron los cuerpos de los padres de la
adolescente Mia Sawyer, pero no había rastro de ella. Tenían 72 horas para
encontrarla, en principio, antes de que se convirtiera en una muñeca más en la
colección del “Cuentacuentos”. Tuvieron suerte, una mujer llamó a Víctimas especiales
contando que había visto a un tipo joven, con un aspecto un poco siniestro en
el cementerio de Woodland. No hubiera sido una llamada a tener en cuenta, si no
hubiera sido por el detalle de su vestimenta: la testigo lo describió punto por
punto, incluyendo detalles que no habían sido revelados ni a la prensa ni a la
ciudadanía. Como el detalle de los guantes; el individuo siempre llevaba unos
guantes negros con un símbolo rojo muy llamativo.
Carisi y Rollins se acercaron hasta el domicilio de la
testigo y confirmaron la declaración que hizo por teléfono. Confirmó que había
visto al sospechoso en el cementerio de Woodland, Brooklyn, pero no les pudo
decir dónde exactamente ya que ella se iba en otra dirección y tampoco prestó
más atención. Pero se fijó en la actitud del joven en el cementerio y que ya
era casi la hora de cierre. No parecía que fuese a visitar a nadie allí,
llevaba una bolsa de comida y un maletín negro que parecía pesar bastante. Los
inspectores le mostraron un fotograma del video, en una fotografía, y la señora
confirmó el detalle de los guantes. “Ya es primavera y no hace tanto frío para
llevar unos guantes,” dijo a los agentes.
Se fueron agradecidos, avisaron a la teniente Benson y decidieron
de inmediato hacer una búsqueda por el cementerio, solo los agentes principales
de la unidad, mientras esperaban la orden de registro que les tenía que
proporcionar la fiscalía.
Y allí estaban, Rollins y Carisi, por el lado oeste del
cementerio, y Olivia y Tutuola de camino a reunirse con ellos para averiguar
que habían descubierto.
—¿Qué es lo que habéis encontrado? —Olivia hablaba con
aplomo, pero por dentro estaba nerviosa, les quedaban pocas horas para que un
nuevo vídeo subiera a la red, y no sabían cuanto tiempo tendrían después para
encontrarla con vida.
—A este muchachote. —Rollins puso ante ella a un joven
afroamericano con cara de susto.
—Yo no he hecho nada señora, se lo he dicho a estos dos.
—Cuéntales lo que nos has contado a nosotros, por favor
—Carisi sonaba juguetón.
—¿Lo del tipo raro que entra todos los días por la noche
en la cripta?
—Qué señor. —Por primera vez Olivia sintió algo de
esperanza.
—Viene todas las noches, y entra en una cripta y cuando
nos vamos, él todavía sigue ahí. De hecho, solo le vemos entrar nunca salir.
—¿Y tú no tienes un lugar donde ir, en vez de estar en un
cementerio? —Tutola se acercó al chaval y le miró inquisitivamente.
—Mejor aquí que en mi casa. —El chico miró apenado al
suelo.
—¿Qué cripta es? —Carisi retomó la conversación
importante.
—Tiene una gárgola negra encima. Es la única que tiene una
pinta siniestra y quieres alejarte de ahí rápido. Además, está bastante apartada.
En ese momento sonó el teléfono de Olivia.
—¿Habéis logrado acotar la zona para que os pueda dar una
orden?
—Fiscal Stone, me alegro de oírle. Sabemos exactamente en
qué cripta está.
—Registradla, tenéis la orden de camino. No perdáis
tiempo.
Olivia colgó el teléfono y se dirigió a la radio.
—Víctimas especiales en el Cementerio Woodland, procedemos
a registrar la zona oeste, cripta apartada con una gárgola en el techo. —En ese
momento Carisi se acercó con el móvil y le enseñó en la pantalla el mapa, hace
zoom en una zona, y apareció la cripta que están buscando— Concretamente está
cerca de la salida, a mano derecha. Detrás de un gran arce. Esperamos
refuerzos.
Acto seguido los agentes se dirigieron a la zona que les
indicó el mapa y allí estaba la cripta. Tres agentes de uniforme se sumaron al
registro y unos cuantos coches patrulla cubrieron cada salida del enorme
cementerio. Olivia, Carisi y Rollins entraron en la cripta. El sargento Tutuola
decidió que pasaba de meterse en criptas húmedas y se quedó en la retaguardia.
El sargento no se equivocaba, era una cripta húmeda, en
el centro había una tumba y la luz entraba por una vidriera haciendo que la
sala se viese de colores: verde, morado y azul.
—Aquí no parece que haya venido nadie en mucho tiempo.
—Rollins enfocaba con la linterna a unas cuantas telas de araña.
—Sí, pero mira esta pared, está muy limpia en comparación
con el resto de la sala. —Carisi observaba
el fondo de la estancia, donde había una estantería de escayola sin una gota de
polvo.
Olivia se acercó y le dio la razón a su inspector, también
descubrieron unas rascaduras de arrastre en el suelo. Se pusieron a buscar
frenéticamente por si hubiera algún mecanismo que los llevase a una habitación
oculta y cuando estuvieron a punto de rendirse escucharon un “click”, la
estantería se movió descubriendo unas escaleras y un interruptor, que al
accionarlo encendía una bombilla.
Bajaron las escaleras, arma en mano, y descubrieron una
puerta de madera. No hizo falta forzarla, ya que al girar el pomo este cedió.
Se encontraron una habitación con una pequeña cocina y un saloncito. Encima de
la mesa de la cocina había un ordenador encendido, Carisi se acercó y empezó a
manipularlo.
—¡Teniente! Es nuestro hombre. —El inspector giró el
portátil y mostró la pantalla a sus compañeras, era una foto de la víctima número
cinco, preparada como una de sus princesas de cuento.
Rollins se separó y siguió inspeccionando el local, se
fijó en una pared donde había una cortina con motivos de cuento de hadas y detrás
encontró otra pieza del puzle.
—Olivia, otra puerta y esta sí tiene candado. —Rollins buscó
por la cocina a ver si encontraba la llave.
—Circunstancias especiales, hay que abrir esta puerta
como sea. —Olivia cogió un hacha que había detrás de la encimera de la cocina y
empezó a dar golpes al candado.
En menos de un minuto el candado cedió y pudieron abrir
la puerta. Lo que se encontraron fue mucho peor que todo lo que habían
imaginado. Aquello era el museo de los horrores de los cuentos de hadas.
Nada más entrar por la puerta a mano izquierda estaban
las cuatro primeras niñas desaparecidas, colocadas cual muñecas de exposición.
Inertes, caracterizadas como princesas de cuento: la Sirenita, Cenicienta,
Rapunzel y Caperucita.
—Dios santo… —Rollins se llevó la mano al rostro.
—¡Teniente! ¡Rollins! Venid aquí enseguida. —Carisi había
avanzado al final del cuarto, donde encontró una cama y con ella la quinta niña.
En la mesita, cerca de ella, había una jeringuilla con una aguja gigante, al
lado de una daga de cristal decorativa, que el inspector pensó que parecía la
aguja de la Bella durmiente.
—Tutuola, que manden una ambulancia urgentemente, hemos
encontrado a la chica. Está viva. —Olivia hablaba aliviada por la radio.
—De acuerdo Olivia, ahora mismo mando a más gente de
apoyo.
Mientras unos agentes entraban y otros acordonaban el
perímetro, el sargento se fue a la salida a esperar a la ambulancia y algo
llamó su atención. Un joven destacaba entre los curiosos que miraban como
trabajaba la policía, tenía el rostro rojo de ira, pero fueron sus guantes lo
que hicieron que Tutuola se fijara en él. Y decidió acercarse.
—Oiga…
Y el chico salió corriendo, y Tutuola detrás de él.
—El sospechoso se escapa por la avenida 114. 1,75, joven,
pantalones negros, jersey verde, gafas de pasta negra, caucásico. Voy detrás. —El
sargento informó por radio mientras perseguía al sospechoso.
Una patrulla cortó el paso al fugado y Tutuola lo atrapó.
—Policía. ¿Tenías prisa?
—Agente creo que se equivoca de persona.
—No, creo que eres exactamente la persona que busco. —Le
puso las esposas al “Cuentacuentos” y lo metió en el coche patrulla —. Chicos,
directo a víctimas especiales.
Cuando volvió al cementerio la niña estaba entrando en la
ambulancia.
—¿Cómo está la pequeña?
—Inconsciente, pero se pondrá bien. Encontramos “Curare”
en la cocina, suponemos que era lo que daba a las niñas para… Para hacerles
eso. ¿Se sabe algo del sospechoso?
—Va de camino a comisaría. Me lo encontré cuando esperaba
a la ambulancia.
—Espero que no te hiciera correr mucho. —Olivia sonrió.
—No tuvo ninguna opción, ya me conoces.
Olivia estaba horrorizada pero contenta de haber podido
rescatar a la última niña. Aun así, no dejaba de estar triste por no poder
haber llegado antes para las demás. Ahora solo pensaba en ir a casa con su hijo,
pero eso tendría que ser después de arrancarle una confesión a ese ser.
Un día más en “Víctimas especiales”.
- Este relato está enmarcado en el Reto de escritura de #OrigiReto2019 para el objetivo 9.- Utiliza un cementerio como escenario para un relato.
- Objetos ocultos: 1-Espada o daga de cristal, 17-Un tornado
- 1937 palabras.
- Medallas: Ninguna. Niet. Nada. Circulen, aquí no hay nada que ver.
- Este relato está libremente enlazado al relato de @Musajue: “Colección” del mes de Marzo.
- Podéis consultar las bases y apuntaros a participar en estos preciosos blogs: aquí o aquí. (Son los blogs de @Stiby2 y @MUSAJUE respectivamente.)
- Encontraréis mis demás relatos del reto aquí.
Bueno, conozco la serie aunque no la veo. Al menos no recuerdo conscientemente haber visto capítulo alguno, todo lo más que estuviera puesto en la tele mientras estaba a otra cosa. Pero no hace falta seguir la serie, se entiendo todo muy bien. Sigue todos los tópicos de ese tipo de series policiacas, condensado en el tope de palabras permitidas. Por eso me parece (aunque ya digo que no tengo demasiada afición al género) que le falta intensidad y en este "capítulo" concreto, oscuridad por desarrollarse donde y por lo que se desarrolla. Pero es entretenido.
ResponderEliminarSi me gusto mucho el relato de Katty con el que enlazas; Coleccionista. En seguida supe que estaba enlazado, y muy bien enlazado. Cierra aquel de hecho... O no. Porque al sospechoso ni le han leido los derechos en la detención, y esta se basa (de momento) en pruebas circunstanciales como llevar guantes como los descritos y estar presente en el lugar del crimen (otro tópico), jejeje. Eso deja la puerta abierta a que siga actuando el coleccionista o cuentacuentos, o a que alguien más continue relatando esa trama ;)
Una cosa que me ha llamado la atención es la cantidad de posibles objetos ocultos (y casi que objetivos) se pueden vislumbrar en el texto. Debe ser que nos resultan ya tan familiares...
Una cosita más solo. Creo que te has comido unos signos de interrogación, ¿no?
Aquí:��
—Qué señor. —Por primera vez Olivia sintió algo de esperanza.
¡Gracias por comentar!
EliminarPor el límite de palabras no pude poner todo más extenso como hubiera sido en un capítulo de la serie. Además la lectura de derechos la hicieron los policías que lo llevaron a comisaría xD
Y lo de los interrogantes, bueno, es una pregunta indirecta no hace falta que lleve los signos.
De nuevo gracias por comentar y me alegra que te haya entretenido :)
No recuerdo nunca quién es quién en Ley y Orden, así que durante mucho rato creía que Carisi era una chica xD
ResponderEliminarAparte de eso, maravilloso enlace con Katty. Me gusta que le hayas dando un final ligeramente más feliz, y has llevado bien el thriller.
¡Un beso!
Graciaaaaaaaaaas <3
Eliminar¡Buenaas! Me ha enganchado un montón este relato y me alegra que al menos se salvase la última chiquilla. Tal como te han comentado ya: se entiende perfectamente sin tener ni pajolera idea de la serie, así que guay.
ResponderEliminarCreo que ya te lo he dicho, pero se te da muy bien el rollo urbano/contemporáneo. Me gusta cómo consigues que en los diálogos los personajes suenen naturales y eso ayuda a toda la ambientación.
¡Hasta luego!
Jo, me alegro un montón que te haya enganchado y muchas gracias por pensar que se me da bien el urbano. Y más gracias por los piropos :3
EliminarMuy buenas!
ResponderEliminarPues mantienes muy bien la tensión y el enlace libre con Katty mola tela, porque me estaba recordando mucho a ese relato ¡qué macabras os habéis puesto!
Bien por usar la daga de cristal y no a secas jeje, lástima no tener medallas pero yo ando medio igual. La experta es Kam, habrá que pedirle clases. xD
Volviendo al relato, te ha quedado muy chulo, mención especial al momento guantes, no sé por qué me ha hecho gracia, aunque todo el rato esperaba que el sospechoso les estuviese tendiendo una trampa. Estaba pensando que quería reunir a 7 personas para que fuesen los 7 enanitos de Blancanieves... no sé por qué. Mis paranoias. Me alegra que no haya sido así.
Unos detalles.
* También me suena raro el qué señor sin interrogante, aunque casi más por el hecho de que dices "tipo" y preguntas "qué señor", creo que lo coherente sería preguntar "qué tipo":
"—¿Lo del tipo raro que entra todos los días por la noche en la cripta?
—Qué señor. —Por primera vez Olivia sintió algo de esperanza."
* Falta una coma delante de nunca en: "De hecho, solo le vemos entrar nunca salir."
* Tienes una frase en presente que debería ser en pasado (hizo): "hace zoom en una zona"
* Esta frase diría que le falta una coma delante de la "y" y además "ésta" sería con tilde aunque creo que está aceptado sin: "—Olivia, otra puerta y esta sí tiene candado." además a partir de esa frase y durante los siguientes dos diálogos o por ahí repites la palabra "puerta" muchas veces (seis en todo el texto, 4 de ellas en este tramo).
Abracito!
Vaya por diox que no te gustan las puertas... Tendré que buscar más sinónimos de puerta. Uy he vuelto a poner puerta, mierda! xD
EliminarGracias por los apuntes, y más razón que un santo en lo del señor, no sé en qué estaría pensando xD
Gracias por comentar! Más abracitos para tí!
Awww 💙
ResponderEliminarYa te dijeron por ahí los fallos otrograficos, los ingereogantes y eso así que voy a lo mío xD Sigue mucho el rollo la verdad, me gusta que pusieras la deep web aunque al principio sobretodo repites mucho algunas palabras. Quedó guay lo de la sirenita, siento haberte hecho hacer eso 😅 quizá yo no las habría caracterizado tan tirando a Disney, pero muy bien sí. Te dije que no te llegaría para todo xD quizá hecho en falta un poco más de "malo" y el arce me ha parecido adorable porque me encantan 🤣 Quizá habrías podido poner directamente la habitación sin nada más, pero mira, ha quedado resultón y me siento super blessed por que mi relato te inspirara, siento haberte condicionado tanto con lo que debía pasar 😅 te ha quedado genial, te vas a llevar la gamba más gorda del mes. Gracias en serio, esto me hace muy feliz :3 aunque siento decir que no sigo la serie 🤦🏻♀️🤣 un abrazote!
.KATTY.
GAMBA A MIIII!!! yujuuuuu!! Muchas gracias Katty!!! Me alegro un montón de que te guste, que es lo importante :) Y toda información aportada ha sido útil y lo sabes. Le puse la cocinita porque así podía hacer él sus mejunjes para dormir a las niñas sin necesidad de hacerlo en casa xD Y esto último ha sonado muy turbio xD ¡Ah! Puse poco de malo porque es tu creación y tú sabes como manejarlo mejor :D
EliminarY gracias a ti por inspirarme ^o^