-Aviso relato +18, leer bajo su propia responsabilidad-
Después de despedir al técnico decido darme una ducha,
esta noche tengo que estar de diez. Una conferencia sobre mitos griegos y el
arte contemporáneo en el museo principal de la ciudad no se hace todos los
días, y tengo que estar perfecta.
—Ducha lista, ahora viene lo peor… Elegir vestido. ¿Negro
o morado? —Enrollada en la toalla, y con un turbante sujetándome el pelo,
agarro unas perchas con dos preciosos vestidos y las muestro a mi único
espectador.
—¡Miauuuu!
—Buena elección, el morado ajustado nunca falla.
El gato me mira desde la cama con la misma pasión que una
ameba mira una piedra. Pero tiene un gusto exquisito, suele ir a sentarse
encima del vestido morado a la mínima oportunidad, así que me fío de su
criterio.
Me desenrollo la toalla del cuerpo, y miro mi reflejo en
el espejo, apenas se nota, pero tengo una pierna más corta que otra. Son unos
milímetros de nada, pero lo justo para cojear de por vida. No me molesta, puedo
bailar, andar, correr… No necesito calzado específico para mi cojera, pero
tengo un ritmo caribeño al caminar magnífico.
—Ritmo caribeño… Qué ocurrencias tiene. Espero que no se
aburra en la conferencia, Miguel es de los que lo hacen si no hay fuegos
artificiales o es un musical —hablo al gato, pero no me hace ni caso—. Eso huye,
cobarde, y que sepas que no tienes tan buen gusto. A quién quiero engañar,
tiene un gusto de la ostia.
Miro el reloj del móvil, ya empieza a ser una hora
crítica, me he entretenido demasiado con las medias. Me embuto en el vestido,
me maquillo, me pongo unos pendientes que estilizan mi cuello, me quito el turbante
que hace caer mi rubia melena lisa. Sosa como ella sola, menos mal que las
tenacillas me ayudan a darle algo de alegría con unos bucles.
—¡Adiós, Pompom! —Una vez calzada en unos zapatos de
tacón de diez centímetros, abrigo puesto, portafolios en la mano derecha y
bolso en el hombro izquierdo, me despido del gato y me voy directa al taxi que
me está esperando.
La taxista me da conversación y parece maja, me distrae y
olvido mis nervios. Espero que la conferencia salga bien, es importante para mi
carrera.
Llego sin problemas y sobre el horario previsto, ya me
estaban esperando.
—Buenas tardes señorita Sal, ya está todo preparado —Don
Mauro, el director del museo, sale a buscarme, me parece un poco raro. Pensaba
que vendría su secretaría o el segundo al mando.
—Buenas tardes, Señor Carrasco.
—Buenas tardes, Sara —Amelia, la comisaria de la
exposición en la que se basa mi conferencia, viene a nuestro encuentro y nos
acompaña al interior del edificio. Lleva un vestido de terciopelo negro hasta
los pies con una abertura lateral, me encanta como le queda.
Las siguientes dos horas son saludos con gente más o
menos importante en el mundo del arte, preparar la conferencia y darla. Estoy
de los nervios, no vamos a mentir.
—Bienvenidos, gracias por los aplausos de bienvenida. Y
empecemos por los mitos de los mitos —miro al auditorio en busca de alguna cara
conocida, y ahí esta él. Miguel ha venido, y yo sin fuegos artificiales. Sigo
con la conferencia, que parece que a la gente le gusta. Y cuando acabo me
aplauden como si fuera un grupo de rock. Me gusta.
—Has estado magnífica querida —Pière, que en realidad se
llama Enrique y es de Móstoles, mi secretario y es un enamorado de todo lo que
venga de Francia—, toma te has dejado la pluma de las firmas importantes en el
despacho, y preveo que te van a pedir muchos autógrafos; chica estás que
rompes.
—Calla, adulador. Te dejo, que me reclaman —Miguel me
saluda apoyado en el dintel que daba acceso a la galería sobre la mitología,
Pière me dice alguna tontería, pero ya no le presto atención.
—Por fin me hace caso la reina de la noche —Miguel me da
dos besos demasiado cerca de la comisura de los labios. Su barba me acaricia el
mentón. Maldito sea—, pensaba que no podría acercarme.
—Sabes que solo tengo ojos para ti.
Miguel esquiva a un camarero con bandeja de los que van
ofreciendo canapés y bebidas a los invitados, y vamos dando un paseo por el
museo. Reconozco que se lo han montado bien esta vez y la recepción está
quedando la mar de maja.
—¿Qué hay ahí? —Miguel entra en una de las salas que se
han cerrado para la fiesta, que está alejada del bullicio; y por cerrar me
refiero a que hay una luz muy tenue y un cartelito atado a un cordel que pone
“prohibido el paso”.
—Pues —paso por encima el cordel con el cartel y le sigo—
son sobre todo esculturas, y alguna pintura, de inspiración mitológica. ¿Te
acuerdas de la Medusa de Luciano Garbati? Pues del estilo. Esculturas realistas
representando viejos mitos por autores noveles.
—¿Y todas en mármol del bueno?
—Sí Miguel, todas en mármol del bueno. Hay una que te va
a gustar especialmente. Ven.
Le cojo de la mano y le llevo al fondo de la sala, donde
está mi escultura favorita: Megara siendo amada por Heracles.
—¿Heracles no se había cargado a su mujer?
—Sí, pero esta estatua es de antes de que Hera le
volviera loco y matase a toda su familia. Pobre hombre. Y pobre Hera… Zeus tenía
tanto poder que nunca pudo dirigir su ira hacia él y fueron sus víctimas
quienes pagaron el pato. Malditos mitos que nos ponen a nosotras de malas y a
ellos de héroes.
Acaricio la cabeza de Heracles y de Megara con pena,
cuando Miguel pega su cuerpo a mi espalda.
—Ey, nos puede ver alguien —me apoyo en la escultura y me
dejo hacer. Me gusta que me sorprenda—, y no me gustaría que me echasen por
esto.
Las manos de Miguel acarician mi cuerpo mientras se
aprieta fuerte contra mis posaderas.
—Tranquila, estamos detrás de Hércules. No nos verán. Y,
a propósito, ¿vas en plan comando? —Acaricia mi trasero en busca de algún
pliegue delator.
—No me dio tiempo…
—Pero para las medias sí —Miguel me da la vuelta y se
agacha, me acaricia las piernas. Sé que le gustan esas medias, por eso me las
he puesto. Me sube la falda y se me eriza todo el pelo del cuerpo—. Oh, me
encantan estas medias y cómo te quedan.
Me acaricia un poco y me encanta, pero cuando hunde su
cara entre mis muslos… La sensación es genial. Tengo que aguantarme todos los
gemidos que quiero soltar, así que me agarro con una mano a la base de la
estatua y con la otra acaricio la cabeza de Miguel.
—Dios, Miguel… —Se me escapa en un susurro su nombre.
Joder, estoy disfrutando demasiado y sé que esto no ha hecho más que empezar.
—Vaya, así que aquí hay fiesta privada.
Amelia ha llegado justo cuando estoy a punto de rozar el
cielo con las manos. Miguel sigue agachado en el suelo, mirando a Amelia que se
asoma entre las cabezas de Heracles y Megara, y yo con el vestido subido.
—Amelia… Has tardado un poco, ¿no? —Me giro y le doy un
beso en los labios.
—Me ha costado dar esquinazo al director, menos mal que
os he visto entrar aquí. Y antes de que me preguntéis, no. No creo que me hayan
visto entrar, están como buitres con los canapés —da la vuelta a la estatua de
piedra, y me besa mientras enreda sus manos en mi pelo. Luego se inclina y también
besa a Miguel—. ¿Por dónde ibais?
—Yo estoy con un canapé delicioso, me interrumpiste de
mala manera.
—Por favor, no pares por mí. Es más, si me dejas te
echaré una mano.
Y vuelta al cielo, tengo a Miguel entre las piernas mientras
Amelia me abre el escote y se entretiene besándome desde la coronilla hasta la
punta de los pezones, se está dando un festín. Yo solo quiero gritar muy
fuerte, menos mal que soy consciente del espacio en el que estamos. Tengo que
agarrarme fuerte a los brazos de Megara, voy a llegar al clímax en cualquier momento,
pero Miguel tiene otros planes.
—No… Por favor, no pares —me sale un susurro jadeante.
—Le toca a Amelia querida —se levanta y me besa
apasionadamente, y me quedo mirando a su entrepierna.
Amelia se sienta en el pedestal de mármol que sujeta el
conjunto de esculturas, miro como Miguel le ayuda a quitarse las bragas. Son
oscuras, como sus intenciones, y eso hace que me ponga aún más. Me acerco, y mientras
mi compañero coloca las piernas de Amelia sobre sus hombros para darle más
placer, aparto la parte de debajo del vestido de la chica y admiro sus cuerpos,
es casi la misma postura que tienen Megara y Heracles. No me distraigo más y voy
hacia mi objeto de deseo que se encuentra entre las piernas de Miguel. Desabrocho
sus pantalones, busco mi objetivo y lo atrapo entre mis labios.
—Sara, qué lengua tienes —parece que a Miguel le gusta.
Amelia también parece disfrutar porque la oigo protestar porque él ha parado,
pero enseguida vuelven sus gemidos de placer y yo me caliento más.
De repente Miguel se aparta de mí y de Amelia, dejándonos
con la miel en los labios.
—Joder, quiero clavárosla muy fuerte a las dos.
—Pues como no tengas dos penes, lo veo difícil. Además, ¿llevas
condones encima?
—No —Miguel, con el pantalón desabrochado y su miembro en
todo su apogeo, se va a por una de las sillas que tienen los vigilantes y se
sienta—. Por eso hoy solo voy a mirar.
—Es injusto, yo quiero —Amelia hace pucheritos, tiene el
escote palabra de honor por debajo de los pechos; me acerco y se los lamo con
mucha suavidad, me entretengo en su pezón derecho mientras mi mano derecha da
cuenta del otro pezón—. Vale, esto también me gusta.
Mientras Miguel se da al onanismo, nosotras disfrutamos
de nuestros cuerpos de una manera solidaria. ¿Un 69 en un museo? Hecho. Bajo a
Amelia del pedestal y la tumbo en la moqueta, quiero estar cómoda mientras como
su fruto prohibido. Gracias a la abertura de su vestido todo es más sencillo. Intento
llevarla al frenesí mientras ella hace lo propio conmigo. Oh... Es genial.
Amelia me da una palmada en el cachete, gimo de placer y me dejo llevar hasta
el punto de ebullición. Justo antes de llamar a las puertas del cielo, Miguel se
pone enfrente de mí y reclama mi atención, Amelia se derrite en mi boca.
—Miguel me debes un orgasmo como mínimo —estoy empezando
a enfadarme por acumulación de “apuntismos”.
—Por eso te necesito, me gusta eso que tienes —señala el
parche en mi cadera, me lleva con él a la silla, se sienta y hace que me ponga
a horcajadas encima de él, dándole la espalda. Sintiéndole entrar poco a poco.
—Es injusto, yo también quiero que me ensartes —Amelia se
acerca a nosotros, se pone de rodillas delante de la silla y empieza a
juguetear con mis pezones.
—La próxima vez traeré condones —Miguel habla con
dificultad mientras me embiste. Disfruto cada impulso, me recuesto y
apoyo mi cabeza en su hombro, dejando mi cuello a su merced, cosa que aprovecha
para morderlo y lamerlo. Me vuelve loca. Amelia se aprovecha de la situación y
empieza a masajear “mi zona caliente” y me besa con profundidad mientras Miguel
empieza a embestirme con más fuerza, ahora sí. Por fin alcanzo la gloria y
ahogo un grito en la boca de Amelia, tan dulce y vibrante como siempre. Miguel
me sigue al momento con una última embestida.
Nos damos un momento para recuperar aliento, nos arreglamos.
Amelia me ayuda a ponerme bien el vestido, mientras Miguel nos pasa unos clínex
para limpiarnos un poco. Nos besamos una última vez y regresamos a la fiesta.
Vuelvo a estar en una
conversación anodina, mientras observo a Miguel y Amelia y fantaseo con nuestro
siguiente encuentro casual.
- Este relato está enmarcado en el
Reto de escritura de #OrigiReto2019 para el objetivo 13-
Escribe un relato erótico.
- Objetos ocultos 15- una pluma y 36- una estatua de piedra.
- 2012 palabras.
- Podéis consultar las bases y
apuntaros a participar en estos preciosos blogs: aquí o aquí. (Son los blogs de @Stiby2 y @MUSAJUE respectivamente.)
- Encontraréis
mis demás relatos del reto aquí.
¡Leído! Lo sé, es sorprendente, jajaja. Me ha gustado bastante, aunque sabes que no soy muy de este género, pero te desenvuelves bastante bien. Sigo creyendo que auch la espalda, pero eso ya es otra cosa. Fan también de la elección de escultura. Sigue así, cielo.
ResponderEliminarGraciaaaaaaaaaass!! ^o^ Me gusta que te haya gustado no siendo fan del erótico festivo.
EliminarSeguiré dándole duro, gracias prechiocha! Y ya sabía yo que te iba a gustar la escultura ^^
Buenas!!!
ResponderEliminarPasaba por aquí y...yo no soy ninguna experta, pero es genial!!! :D
~
Graciaaaaaaaaaaaaaaaasssss ^o^
EliminarMe parece intuir que sientes una gran pasión por el arte. Al menos es la sensación que me ha creado la lectura de tu relato a medida que iba avanzando y hablabas de ciertas esculturas.
ResponderEliminarEscribir escenas eróticas me parece sumamente complicado, pero tú lo logras como si nada. Me gusta mucho el triángulo amoroso que nos presentas.
Un abrazo.
@Cuentosyversos (Twitter).
Muchísimas gracias por tu comentario, y si que me gusta algo el arte... Pero no como para tirar cohetes. Le tengo respeto, eso sí.
EliminarLo difícil de la erótica es darle al botón de publicar xDDD
¡Hola! Pues ya me tienes por aquí leyéndote.
ResponderEliminarLa verdad, me ha gustado mucho tu manera de narrar durante todo el relato. Me suena que tuviste alguna dificultad por el presente en primera persona, pero creo que ha sido un acierto porque la protagonista tiene suficiente carácter y gracia como para tener una voz narrativa interesante propia y que hace que se lea rápido y sea entretenido. De la parte erótica no digo mucho porque no tengo mucha idea del género, aunque creo que te ha quedado bien.
Ahora, las pegas, que te puedo resumir en dos.
La primera es que siento que no has incluido la cojera de tu personaje de manera natural en el texto. Se mira al espejo y piensa "uy, pues soy coja" como quien piensa "qué bien tengo el pelo hoy". Si quitas ese párrafo descriptivo, la historia no se ve afectada, pero la protagonista ya no tiene esa característica. No sé si me explico. Por ejemplo, vengo del relato de Kam donde la sordera sí que está metida dentro de la narración, seguramente lo hayas leído y quizá veas a lo que me refiero.
Lo segundo es que creo que uno de los puntos menos consolidados que tienes al narrar es la puntuación. Por ejemplo, en la falta de las comas del vocativo. Y, en concreto, esta frase me ha llamado mucho la atención:
"Pière, que en realidad se llama Enrique y es de Móstoles, mi secretario y es un enamorado de todo lo que venga de Francia"
La oración que va intercalada entre comas es una aclaración. Se supone que debería tener sentido si la quitas, pero no lo tiene: "Pierre mi secretario y es un enamorado...". Podría ser "Pierre, que en realidad se llama Enrique[...], es mi secretario". Aunque sigue siendo un pelín confusa.
Por cierto, es una acotación no dicendi pero está puntuada como si fuera dicendi. De hecho, creo que no utilizas ni una sola vez los verbos dicendi en todo el relato pero puntúas como si lo fueran.
Te pongo, por ejemplo, cómo quedaría con un verbo dicendi y reestructurado:
"—Has estado magnífica, querida —dijo Pière, mi secretario, que en realidad se llama Enrique, es de Móstoles y es un enamorado de todo lo que venga de Francia—. Toma te has dejado la pluma [...]"
Obviamente no tienes que escribir como yo, tienes que escribir como tú. Pero intentaba ejemplificar por si así se entiende mejor.
Me siento fatal por este comentario kilométrico, de verdad. Pero era algo que no se podía explicar con una frase y, si me tomo la molestia de explicarlo, es porque sé que vas a tener mi comentario en cuenta. Por supuesto, toma lo que sea útil y constructivo y lo que no, pa fuera (pa fuera lo malo, no, no, no).
Y nada, si algún día pasas por Valencia me puedes lanzar unos tomates así a la cara o whatever xD. Que menuda paciencia, hija. ¡Chao!
Graaaaacias por comentar y me alegra que te haya gustado la narración ^o^ y me apunto todo lo que dices que me viene fetén.
EliminarY no te cortes: dime todo lo malo para que pueda aprender :D
Wolas! Bueno la verdad es que no quiero hablar de esto...🤣🤣🤣🤦🏻♀️
ResponderEliminarMe da demasiada vergüenza ahora que acabo de leerlo... Aunque pensándolo bien probablemente me siga dando mucha vergüenza después xD así que bueno, tendre que decir cosah...
Lo primero creo que tira más a pornográfico qué erótico, no pasa nada pero en el erótico no es necesario nombrar nada concreto, aun así, quedando alguna expresión de esas que te dan un poquito de risa cuando se leen jajaja (Perdon... Me da corte xD...) Pues creo que está muy conseguido y es realista, aunque centrandome en los objetivos de medalla, lo de la cojera suena más a complejo que a algo realmente no normativo, wn el sentido que a ella le parece algo que comentar pero no se siente como algo importante realmente y si más como algo que destaca porque lo pide el objetivo.
Fuera de lo erótico me gusta muchísimo como situas la escena, el hecho de escabullirse de la fiesta y estar a escondidas me parece muy picabre xD y que terminen siendo 3 también sorprende, aunque creo que me escama un poco la atención extra por el acto en sí o concretamente la atención hacia él(Asexual aquí, mi opinión va a ser de todo menos estandar xD). Es probable que sea por mi visión y entra ya en lo personal, pero veo demasiada atención hacia él yokesé xD
En fin relato way y me encanta que sea una estatua tan molona, pero ahora hablemos de estatuas xD megara y heracles me parecen demasiado estoicos y formales para esta escena xD tengo que decirlo, yo habría elegido el rapto de proserpina jajaja pero muy chula :3
Me ha gustado en general a pesar del tema, que me puede xD Voy a morir de verguenza si tengo que leer otros 40 y escribir uno yo... Madremia, que todo el mundo lo use para micro xDDD
Y algo que queria comentar que ya me iba a ir, aquí:
—Has estado magnífica querida —Pière, que en realidad se llama Enrique y es de Móstoles, mi secretario y es un enamorado de todo lo que venga de Francia— fanla un es" delante de mi" o algo falla en la frase :P
Arriba, cuando te despides del gato, quizá deberías poner antes lo que hay tras el guión y al final la despedida en un diálogo solo, porque te despides del gato y luego pones un párrafo muy largo que termina con "y me despido del gato", que queda un poco alejado.
En el primer párrafo pones *tengo que estar...* Dos veces y quizá la ultima coma la quitaría. Yyy eso es todo aue son las mil llevo hora y cuarto con este comentario a las :33 am xD al final voy a escribir yo en el comentario más que tú en el relato jajaja perdón. Un abrazo y gracias!!
.KATTY.
@Musajue
Gracias por comentaaaaaaaaaaaaaaar y por tus sabias palabras. Sep, a lo de Enriquito le tenía que haber dado una vuelta xD Muchísimas gracias, todo apuntado.
EliminarYo he definido este texto como erótico festivo, si que es un poco porno pero tampoco tan bestia como uno porno de verdad... Eso creo xD
Y me ha prestado tu comentario kilométrico ^o^ requetegracias otra vez :)
La verdad es que me ha gustado bastante, disfruto de los relatos eróticos y de las escenas más calientes y creo que te has pasado de calor un poco xD erótico sería menos... descriptivo, probablemente. PEro vamos, que a mi me ha gustado xD
ResponderEliminarGracias por comentar y me alegro de que te haya gustado ^o^
EliminarHum, tendré que perfeccionar la técnica de los relatos subiditos de tono xDDD
Requetegracias por comentar Pirra ^^
¡Hola!
ResponderEliminarHa sido fantástico, he tenido interés hasta el último momento, me a sorprendido varias veces, porque yo imaginaba una cosa y me llevaba a otra jijiji. No soy muy de este tipo de relaciones, pero lo has descrito de una manera muy sutil y sensual, así que mis respetos.
¡Muchísimas gracias! Me alegro un montón de que te haya sorprendido ^^
EliminarBuenas tardes.
ResponderEliminarEsta chulo eso de que la decisión del vestido la tenga el gato xD voy a probar yo con mi perro, aunque no creo que el tenga tan buen ojo. Mira que yo por problemas de cadera tengo una pierna unos milímetros por encima de otra y nunca había pensado lo del ritmo caribeño jajaja. Aunque parezca mentira a mi también me cuesta prepararme cuando tengo alguna exposición o charla y siempre voy con la hora justilla, me ha gustado el detalle de que sea una taxista. La parte de las horas de “formalismos” de saludos y tal me repatean siempre xD. Se han saludado solamente y ya están coqueteando… me gusta, y siempre me han gustado las esculturas del estilo a las de Garbati. Aaaay el machismo en las antiguas leyendas y mitos, las mujeres las malas y vengativas y los hombres que se lo follan todo (me voy a permitir estas palabras por la temática del relato xD). Fan del modo comando. Yo he trabajado en un museo y no he tenido ni compañeros ni compañeras así… ojalá xD
Del contenido solo voy a decir que wooh. Debo decir que me has traído algunos muy buenos recuerdos. Y también ganas de haber hecho mas en el museo, sobre todo en las zonas sin cámaras. Me ha encantado el relato, y mira que no suelo leer relatos eróticos. Ha sido muy, muy, muy caliente. Me encanta
Un saludo
Waaaaa ¡Muchas gracias por comentar! Y me alegro que te haya gustado y de haber despertado recuerdos xDDDD
EliminarNeswiiiiii !!! Alaaaaa, creo que en el foro poco te leí de este tema y la verdad es que me has sorprendido gratamente, esta muy bien llevado y a mi, al menos, se me queda en su punto justo, de erótico, no ralla en lo porno y resulta muy fácil de leer y de imaginar. ((Ya podrían otras haber escrito con esa sutileza, que acabamos hartas jajaja)) Lo dicho, apenas te conocía en este género y me ha molado.
ResponderEliminarBuenas tardes
ResponderEliminarPues he conseguido leer y voy a conseguir comentar y todo :D. Con todo lo que tengo encima es una proeza.
Bien voy a empezar por los fallitos porque como ya te los han señalado acabaré pronto (Esther te ha dicho que te faltaba un "dijo" delante de "Pière", y te lo iba a repetir). La verdad es que no había muchos, ya que el estilo me parece bueno. Otro que creo que ya te han dicho, pero te pongo el ejemplo que he visto yo:
—Calla, adulador. Te dejo, que me reclaman —Miguel me saluda (falta punto tras "reclaman")
Ahora las cosas que me gustan. El detalle del gatito me encanta. Me hace pensar que con lo que me gustan a mí los gatos y ninguno de mis personajes suele tener mascota. También me gusta la forma de narrar. La narradora tiene gracia y desparpajo.
En cuanto a la situación, lo de hacer un trío en un museo en mitad de una fiesta, me parece interesante. Añade a la excitación del momento el sentido de "peligro" de que los pillen. De hecho, cuando aparece Amelia, eso es lo que creí, que los habían pillado. La sorpresa es que no solo no los han pillado sino que la recién llegada se une a la "fiesta".
No leo erótica, así que no sabría decirte si esto es erótico o pornográfico. A mí no me gusta la pornografía y este relato no me ha parecido "feo", así que para mí sería erótico. Pero, claro, yo solo he visto una película porno y fue hace casi 30 años. Solo salían penes gigantes y mujeres con mucha silicona. Me pareció estúpido y no repetí.
Otro detalle gracioso es que lo hagan al lado de una estatua e, incluso, imiten una postura.
Un saludo.
Juan.
P.S. Voy a sufrir para escribir el relato erótico.
Gracias, Juan, por comentar.
EliminarY respecto al punto de la discordia, es cuestión de estilo y decidí no ponerlo.
No te preocupes por la temática, verás como al final no es tan difícil. Solo hay que soltarse un poco y quitarse la vergüenza a la hora de darle a enviar xD
Tía Nes, joder, joder, estoy living de verdad.
ResponderEliminarDe erótico nada, porno del bueno, pero quién soy yo para quejarme, vamos a ver. Yo feliz.
Me ha parecido súper caliente, también me ha gustado mucho el tema de matizar sobre los preservativos y el diu (o lo que sea que use tu protagonista). El trio también me ha encantado, es algo que me fascinaba en los fanfics y lei muchísimos de pequeña así que estoy volviendo un poco a la infancia aunque mucho mejor escrito.
En concreto me gustan mucho tus dialogos porque son muy naturales, realmente suenan a algo que la gente diria en voz alta. Lo llevo observando desde 2018 pero no sé si te lo había dicho. También en los pensamientos con frases como esta: "y por cerrar me refiero a que hay una luz muy tenue y un cartelito atado a un cordel que pone “prohibido el paso”."
También mis dieces por esta frase "Malditos mitos que nos ponen a nosotras de malas y a ellos de héroes." y por la conversación con el gato del inicio.
Una cosa que cambiaría aunque se entiende sin ellas, es añadir las interrogaciones, exclamaciones y puntos suspensivos (o mejor, una pausa con guiones (largos xdddd) rollo -me quedé pensativa-) aquí: "Eso huye, cobarde, y ¡qué sepas que no tienes tan buen gusto!... ¿A quién quiero engañar?, tiene un gusto de la ostia." También la coma del vocativo te falta en "Has estado magnífica, querida" o "Sí, Miguel, todas en mármol del bueno." como creo que ha comentado ya Esther.
Fantástico relato. Luego también no sé si inlcuiste el interesante por la cojera o por la relación de trío, que casi me parecería más no-normativa e importante para el relato ya que la cojera apenas tiene protagonismo, como comenta Esther, al contrario que la ceguera en el relato de Kam. Sea como fuere, el relato cabe en "interesante" por el otro lado ;)
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