La Reina Negra

Lo primero que me llamó poderosamente la atención fue su portada. Es muy potente, dejando clara sus intenciones. No tiene sinopsis alguna en lomo, solo el lema que acompaña a La Reina Negra: "rebelde, guerrera, enamorada, sanadora, bruja, salvaje. Todo esto es Tamiel. Pero sobre todo es la dueña de su destino."

Esas palabras fueron las que me conquistaron; la sinopsis oficial la he tenido que buscar en la página de la editorial, y las que me hicieron decir sí al #ClubDeLecturaSM.

Y ahora os cuento mi experiencia "montaña rusa" que he tenido leyendo el libro. El día 14 de enero empezamos la lectura conjunta y empecé fuerte, porque Tamiel me enamoró. Es una joven fuerte, y que no se deja amilanar ante el tirano de su padre y la pasividad de su madre.

Me gustó muchísimo la construcción del personaje y todo lo que se mueve a su alrededor. Esa fiesta, del segundo capítulo, con todo el consejo y nobles, con las esclavas como colofón y la reacción de Tamiel... Es maravillosa, ahí te das cuenta de que no se va a dejar romper y va a luchar por sus ideales. Y eso está bien, hasta que, una y otra vez, pasa lo mismo. Tengo la sensación de que se pega con muros solo porque sí. Y que es súper rebelde, muy mucho, con mucha fuerza y que tiene que estar cada dos por tres batallando por ser quien quiere ser por que sí. Porque así lo pide la trama.

Y así estaba leyendo con cara de hastío, porque mi humor me pedía leer algo en el que las chicas no tengamos que luchar tanto, algo que me dé un poco de esperanza (a mi o a la humanidad en general) y que el feminismo sea una realidad y no una lucha.

Pero hete aquí que el libro te dice ¡ja! qué pensabas que iba a ir sólo de esto: pues no. Pasan dos cosas que ha hecho que el libro me guste y lo recomiende... Lo malo es que son dos cosas importantes en la historia que no quiero contar, porque son cosas que influyen mucho en la trama y en el futuro de Tamiel. Pensaba que era ficción histórica y de repente todo cambia, y hace que el libro tenga toda mi atención.

Así que diré que Baltran me tiene fascinada, Famir tiene mis bendiciones, y que todos los tíos con poder en el reino de Latos (reino de Tamiel) son unos capullos sin remedio. ¿Y qué enseñanza podemos sacar de todo esto? Que la gente es imbécil, que el miedo a lo desconocido no debería ser miedo sino curiosidad, que la gente sigue siendo muy imbécil, y que ser cabezona no siempre es bueno. ¡Ah! y qué el diálogo siempre es mejor que la lucha.

Así que, si queréis leer la historia de una luchadora que despierta conciencia en todos aquellos a los que llega, que se enamora y tiene que seguir luchando... Y que le pasa un montón de cosas interesantes, es vuestro libro. Dadle una oportunidad, os puede sorprender.