—Me sigue
pareciendo una tontería que celebremos la fiesta aquí.
—No seas
aguafiestas, que esto está planeado desde hace semanas. Así que no te quejes, y
ten cuidado no te vayas a hacer daño.
La
maravillosa idea de celebrar el fin de curso en el antiguo manicomio del pueblo
fue de mi hermano Martín. Es idiota, pero le quiero, y se le ocurrió la
maravillosa idea de hacer un fin de fiesta en aquel lugar porque sería
divertido y así tendríamos algo épico que contar.
Sí, mi
hermano consideraba que hacer una rave como las miles que se hacen por todo el
mundo era algo novedoso. Pero no, yo sabía que iba a ser un muermo, mucho
chunta-chunta y poca diversión. Pero bueno, por lo menos Nacho iba a ir, y eso
me hacía feliz. Él no tenía ni idea de lo que sentía, yo creía que tonteábamos,
pero no tenía a nadie que me dijera si eran ideas mías o era verdad. Mi hermano
no contaba para esto, se piensa que soy 100% hetero y no sabe que a mí me va lo
que dicte mi corazón… O mi entrepierna, porque vamos a ser sinceros Nacho me
pone lo que no está escrito. Y no lo entiendo porque es un chico de lo más
normal con unas pestañas de escándalo, listo y me encanta la forma en que le
resbalan las gafas en el puente de la nariz… Vamos que me fijo lo normal y
necesario.
—¿Quieres
prestar atención? —Martín me hablaba con un poco de mala leche, estaba pensando
en Nacho, había prometido venir antes para echar una mano y estaba más
pendiente de la puerta que de decorar la planta baja del hospital semiderruido—
Haz el favor de colgar esas luces más a la derecha. Ahí. Perfecto.
—Ya está a
su gusto, mi lord.
—Pero que
pavo eres, Enzo. Anda, vete a mirar si ya han llegado Julio y compañía con las
bebidas.
—¡Voy!
No hizo
falta que me dijera más, encantado de ayudar a “Julio”. No era porque Nacho
fuese su primo y siempre fueran juntos en el mismo grupo de amigos ni nada de
eso. Y efectivamente, allí estaba Nacho. Y no sabéis lo guapo que estaba con
esos vaqueros ajustados y ese jersey negro pegado a su cuerpo.
—¡Enzo,
guaperas! Haz el favor de coger las cervezas del coche de Nacho —Julio entraba
con una caja llena de botellas.
—Voy —me
fui directo a la explanada que hacía de aparcamiento y allí estaba él.
—Hola Enzo,
¿ya te han liado? —Su voz era gutural, casi salvaje. O eso me parecía a mí.
—Sí, mi
hermano no sabe hacer nada sin mí —cogí una caja con botellines de cerveza y
acompañé a Nacho al interior del edificio.
—Oye, tengo
que hablar contigo.
—Humm…
Vale. Cuando empiece la fiesta nos podemos ver en la parte de atrás. Si te
parece bien —el corazón me iba a mil, no me quería hacer ilusiones, pero soy
débil.
—Nos vemos
allí, pues.
Nos
reclamaron nuestros respectivos amigos y no tuvimos más ocasión de concretar de
qué quería hablar exactamente. A las diez de la noche ya estaba todo en marcha
y la gente ya estaba bebiendo y bailando. La verdad es que el espacio quedó
resultón y no tenía el aspecto lúgubre de la primera vez. La música reverberaba
por toda la planta baja y hacía vibrar cada músculo de mi cuerpo mientras
bailaba a su ritmo machacón, hasta que en una de estas capté movimiento de
Nacho saliendo de la fiesta, y le seguí.
—¿Qué haces
aquí tan solo? —Yo, discreto.
—Esperarte
—estaba apoyado en la pared del edificio con aire misterioso, vamos el habitual.
—Bien, pues
aquí estoy —reconozco que estaba un poco nervioso, y que el corazón me iba a
mil y que otras cosas de mi cuerpo tenían muchas ganas de brincar, mientras
estaba a su lado—. ¿Qué me querías contar?
De repente
estaba entre él y la pared. Todavía sigo asimilándolo.
—¿Qué a qué
esperamos?
—Vamos, que
no eran imaginaciones mías —él cada vez estaba más cerca.
—No. Joder,
¿qué me has hecho?
—Eso lo
tendría que preguntar yo. Que tienes cierta parte de mi anatomía desconcertada
—su mano bajó directamente de mi cuello a mi paquete.
—Pues yo
creo que sabe bien lo que quiere.
Y me besó…
Y fue duro, salvaje y tierno. Me dejó sin aliento. Y solo fue un beso, cuando
noté el roce de su lengua en mi cuello ya terminé de enloquecer y me dejé
llevar. Su mano por dentro de mi pantalón estaba a punto de llevarme al cielo.
—Vámonos,
tengo el coche ahí, terminemos esto en mi casa. Estaremos más tranquilos —Nacho
hablaba entre beso y beso. No dejábamos de tocarnos, como si temiéramos que se
fuese a ir la magia.
—Vale, deja
que avise a mi hermano. No quiero que se preocupe.
—¿Tu
hermano lo sabe? —Nacho puso sonrisa pícara.
—No tiene
ni idea, pero le digo que vamos a por cervezas o cualquier milonga y pista.
Cuando nos
acercamos a la puerta ya intuimos que algo no iba bien, sobre todo cuando al
entrar pisé algo viscoso y resbaladizo, menos mal que Nacho me sujetó. Al mirar
a la pista de baile… Fue horroroso, demasiados cuerpos desmembrados como para
no vomitar en el acto.
—¿Qué
cojones ha pasado aquí? —mi voz resonó en la sala, mientras Nacho me cogía de
la mano.
—La fiesta
acaba de comenzar Enzo —era mi hermano, mi maldito hermano. Ensangrentado de
los pies a la cabeza, con una sonrisa de tranquilidad infinita.
—¿Qué has
hecho so capullo?
—Algo que
deseaba hacer desde hace mucho tiempo. Si queréis salvaros solo tenéis que
correr.
Y corrimos
hasta el interior, como imbéciles subimos al piso superior corriendo sin
pensar. Ni consideré que podía ser una broma. La mirada de Martín me dijo que
iba en serio y que mejor correr y ya pensaríamos algo después.
—Sois muy
previsibles —ahí estaba Martín, clavándose un cuchillo en la pierna mientras
nos hablaba—. No hay salida.
—¿Por qué?
—Porque
puedo hacerlo y me encanta la expresión de terror en sus caras. En tu cara.
Mi último
recuerdo fue el de Martín acuchillándome.
- Este relato está enmarcado en el Reto de escritura de #OrigiReto2018 para el objetivo: 2- Escribe una historia de terror que suceda en un manicomio.
- Podéis consultar las bases y apuntaros a participar en estos preciosos blogs: aquí o aquí. (Son los blogs de de @Stiby2 y @MUSAJUE
- respectivamente.)
- Encontraréis mis demás relatos del reto aquí.
Ahora todo lo del segundo relato tiene sentido, sí xD.
ResponderEliminarQué pena haberlo leído en el orden inverso y haberme spoileado, pero qué se le va a hacer. Igualmente me ha molado este relato. Aunque yo quería un final feliz para la pareja (bueno, yo siempre quiero finales felices, pa qué mentir).
¡Hasta otra!
Ay Estheeer xD Gracias por leer y comentaaaaaaar
EliminarY bueno, final feliz esta vez era difícil xD
Madrecita hija, menuda manera de arruinar la atmósfera. O sea, los otros dos ahi todo cachondos y con ellos el lector, aka yo para qué mentirnos, y de repente miembros desmembrados y sangre y vísceras y corre que quiero jugar contigo y yo como OMAIGOD KHÉ. O sea, no es que me queje, me ha encantado, pero MADRE MÍA. MADRE. MÍA.
ResponderEliminarVoy a leer el siguiente porque ya no sé si esperar un revolcón en la cama o una cena de caníbales psicópatas qué te puedo decir.
xDDDDDDD Me alegra un montón que te guste el relato, porque no sabía yo si habría puesto al personal xD Y perdón por el bajón, pero es que lo pedía el objetivo. La culpa a las mentes pensantes del origireto ejem ejem xDDDDD
ResponderEliminarGraaaaaaaaacias por leer y comentar!
Pues mira que bien... Yo pensando que estaba siendo todo muy amorosojuvenil y que qué pena no usarlo para terror y el final me ha parecido genial. La verdad, al principio me ha dado aire de Slasher, muy de estados unidos, pero por un momento pensé que igual no pasaba nada loco xD me equivoqué. Genial situación, genial fiesta, genial relación gay... Lastima que no llegara a salir del armario. Muy chulo Nes ^^
ResponderEliminar.KATTY.