—Valdemar, tus hermanos se han hecho con el control del
país, lo mejor que podemos hacer es firmar el acuerdo —los ligeros tacones de
la, todavía, reina de Suecia resonaban por toda la habitación.
—“En el año 1277 de nuestro señor y por la presente, Nuestro Rey Magnus…” —Valdemar tiró el papel manuscrito a la mesa y detrás fue
la corona, el rey bullía en frustración— Maldita sea mi estirpe y concretamente
maldito sea Magnus. Siempre fue un envidioso y un sibilino.
—Tranquilo mi rey —Sofía recogió la corona que estaba a
punto de caerse de la mesa y se la volvió a poner en la cabeza—. Esto solo es
un bache temporal, en el acuerdo nos ceden todo el terreno reconquistado: Götaland
es nuestro. Y sabes que solo es el principio. Knutas está recabando información
y pronto vendrá con los emisarios.
—¿Qué opinas de los extranjeros? —El rey se levantó y fue
hasta uno de los ventanucos del torreón del pequeño castillo que tenían en la
región. No era como el gran palacio de la capital, pero por lo menos no era una
casucha de un villano cualquiera.
—Pueden ser unos aliados magníficos, pero hay algo en
ellos que no me gusta —Sofía se acercó a su marido y posó la mano sobre su
hombro—. No entiendo esa costumbre de reunirnos siempre al anochecer.
—Mujer, la noche es el mejor amparo para las
conspiraciones. Y necesitamos a gente discreta para recuperar nuestro reino —Valdemar abrazó a su mujer. Fue un abrazo tierno y lleno de mil perdones y de responsabilidad por sus actos.
El reino se perdió por la afición a la juerga de
Valdemar, y él no se lo termina de perdonar. Su hermano Magnus
aprovechó para montar una revuelta justo cuando él y Sofía volvían de un viaje
a Roma, de pedir perdón al Papa. Perdón porque Valdemar tuvo un escarceo con Jutta,
su cuñada, que acabó en hijo y en drama familiar. Por suerte Sofía era una mujer pragmática y fue educada
para gobernar, y sabía de los escarceos de su marido. No le importaba ya que su
matrimonio era concertado; los casaron siendo unos adolescentes y desde el día
que se conocieron conectaron, se hicieron muy buenos amigos.
Lo malo de casarse tan jóvenes es que Valdemar bullía en
hormonas y acabó cagándola al fijarse en Jutta. El día que su hermana empezó
con los síntomas de embarazo, Sofía la abrazó y le dijo: “Lamento el día en que
conociste a Valdemar”. Tuvo una discusión con su marido sobre los límites del
incesto puesto que, al casarse, Jutta pasaba a ser hermana de sangre del rey y
se preparó el viaje papal de prisa y corriendo. Mientras, a sus espaldas la
rebelión empezaba.
Llegó la hora del encuentro con los emisarios extranjeros. Knutas los había escoltado hasta el salón principal y los dejó solos con sus
señores. Solo eran dos, un hombre pequeño y taimado y una mujer,
alta y rubia y de mirada perturbadora. Debían ser parientes porque tenían los
mismos ojos oscuros que ponían los pelos de punta. Pero ellos no estaban allí
para juzgar a nadie, sino para pedir ayuda para una reconquista, aunque
desconfiaran de ellos con todas las fibras de su piel.
—Bienvenidos. Sentaos y, perdonad que sea tan directo,
contadnos vuestros planes para reconquistar el reino —Valdemar se sentó
presidiendo la mesa alargada, a su derecha hizo lo propio Sofía y a su
izquierda lo hicieron los extraños.
—No pasa nada majestad, entendemos las prisas.
Reconquistar un país requiere presteza y nosotros se la vamos a dar.
—Cómo va a hacer eso posible, caballero —Sofía hablaba
tranquila, aunque por dentro sentía que algo no iba bien.
—Creando un ejército.
—Ya tengo un ejército y no es suficiente para
enfrentarnos a Magnus.
—Mi señor, no ha entendido a mi compañero. Vamos a crear
un ejército y el primer recluta será usted —la mujer se levantó con
tranquilidad mientras los reyes la miraban sin comprender qué demonios estaba
pasando.
—¡Qué locura es esta! ¡¡Knutas!! ¡¡Guardias, venid a mí!!
—Valdemar se levantó enfurecido y se dirigió a la puerta y la encontró cerrada—
¿Qué locura es esta?
Cuando se dio la vuelta vio algo que no le gustó en
absoluto, la mujer tenía agarrada a su esposa por el cuello, y el rostro que
mostraba era amenazador, parecía un animal a punto de atacar. Había visto
posturas similares en el campo de batalla, pero no eran ni la mitad de
amenazador o terrorífico que lo que sus ojos veían. El hombre no estaba en el campo de visión del rey y eso
le inquietó e hizo que se le erizaran todos los pelos de su cuerpo. Y de
repente ocurrió: el crujido, el dolor y todo rojo. Lo último que Valdemar vio
fue a Sofía caer al suelo cubierta de sangre.
Pasaron semanas, los rumores dijeron que Sofía, harta de
Valdemar, se fue de nuevo a Dinamarca y que el Rey estaba recuperándose de unas
fiebres en su castillo. La realidad era que el monarca estaba en la capital,
escondido en una casa esperando su momento.
—En nada volverá a reinar sobre todos los suecos. ¿Cómo se
siente?
—Sinceramente no sé cómo sentirme.
—¿De verdad quiere hacerlo solo? —Klavdiya habló preocupada.
—Tengo que encargarme personalmente de mi querido hermano
—Valdemar hablaba tranquilo.
—¿Y su mujer? —Maksim paseaba por la
estancia, parecía que toda su tranquilidad se perdió la noche en la que transformaron
a Valdemar.
—Ocupándose de asuntos pendientes. Se reunirá con
nosotros dentro de unos días.
—Pues, cuando guste majestad.
Cuando Magnus vio a Valdemar en sus aposentos, se asustó al
ver el gesto de silencio que le hizo. Su hermano habló. Y con pesar para los
extraños, Valdemar dejó con vida a su hermano y llegaron a un acuerdo. Magnus reinaría y Valdemar gobernaría.
No supo por qué le vino ese recuerdo, mientras en la
televisión comentaban algo de un atentado en las torres gemelas. Knutas tenía
que informarle de la llegada de un cargamento al puerto, comerciar con personas
no es fácil, pero había que alimentar a su gente. Su empresa de tráfico humano
nunca había sido tan beneficiosa.
Había dominado el mundo durante siete siglos y pensaba
seguir haciéndolo mucho tiempo.
FIN
- Este relato está enmarcado en el Reto de escritura de #OrigiReto2018 para el objetivo: 1- Elije un momento histórico importante y describe cómo sería la vida hoy si hubiera sucedido de otra forma.
- Podéis consultar las bases y apuntaros a participar en estos preciosos blogs: aquí o aquí. (Son los blogs de @Stiby2 y @MUSAJUE respectivamente.)
- Podéis encontrar mis demás relatos del reto aquí.
- Enlaces de la historia de Valdemar I de Suecia y Sofía de Dinamarca.
Buenas tardes
ResponderEliminarPara este relato te digo lo mismo que para el segundo (que he comentado antes, viva el orden), añadiendo varias cosas. Por un lado, tras leer el segundo y obtener la conversación, la empresa de tráfico humano cobra un cariz bastante siniestro. Luego, me ha sorprendido el momento histórico que has elegido.
Un saludo.
Juan.
Gracias por leer, Juan ^^
EliminarMuy buenas, ya estoy por aquí.
ResponderEliminarTengo que decir que hay varias frases de tu relato que por algún motivo que desconozco, me han hecho mucha gracia xd (sobre todo el inicio, por ejemplo "Maldita sea mi estirpe y concretamente maldito sea Magnus." o "No era como el gran palacio de la capital, pero por lo menos no era una casucha de un villano cualquiera.", esta porque villano de villa o de maldad e.é)
Sobre el relato, creo que gana fuerza cuando comienzas con los diálogos con los emisarios. En la primera parte es tal vez muy explicativo y parece que no llega a arrancar. Y de repente ¡pum!, la esposa se va, tenemos a Valemar convertido en vampiro (presumo que la esposa también) y ¡las torres gemelas! Vaya manera de acelerarlo todo y dar ganas de ir a leer el segundo relato jajaja.
Buen momento histórico elegido, bastante desconocida toda esta historia para mí y, de hecho, ¡también acabas con otro momento histórico!
Gracias Stiby ^o^ Es que este momento histórico tiene miga...Solo para mí xD Valdemar y familia forever in my heart
EliminarY espero que leas más de él en el futuro :3