Nueva vida



—Ey, despierta, despierta. Ya va siendo hora de que despiertes. Llevas demasiado dormida. Despierta. Ey, ey, ey, escúchame, despierta de una vez. Debes despertar, sino luego vas a estar atontada todo el día. Venga, despierta, despierta, Ey. Venga, escúchame. Muévete. Despierta. Ey, ey, ey…

La voz que escuchaba era impertinente y pesada como ella sola. Pero tenía que despertarme de una vez, no podía remolonear más.

—Ey, despierta de una vez. Venga, por favor. Escucha, despierta de una vez que te tienes que levantar ya.

La voz seguía insistiendo y yo solo quería dormir un poco más. El último mes había sido una locura, desde que Miguel me encontró en el callejón todo ha ido muy deprisa, he encontrado a mi verdadera familia y resulta que tengo dos hermanos pequeños. Uno de cinco y otro de ocho años.

Me aferraba al edredón como si no hubiera un mañana, no me apetecía levantarme. La noche anterior había salido con Miguel, la primera vez que salía de fiesta en mi vida. Primero me llevó a cenar a un restaurante muy bonito y luego pasamos la noche bailando por diferentes garitos. Fue genial. Me lo pasé muy bien, disfruté por primera vez lo que era la libertad y ser una chica como las demás. Y claro, no es que llegara muy pronto a casa. ¡Vi amanecer! Fue maravilloso. Madre no dejaba que mirara por las ventanas, nunca cuestioné sus decisiones sobre mí porque me había dicho que una vez me intentaron secuestrar y que temía que nos volvieran a separar. Me llamaba María Dolores y ella me enseñó todo, yo la quería mucho. Y ahora no sé ni quién soy.

—Vamooos, despierta de una vez. Venga, vamos, jo. Dale.

La voz había pasado al contrataque y me estaba meneando parsimoniosamente. No negaré que era persistente.

—Tenemos que hacer algo. No se despierta y prometió que jugaría con nosotros.

Escuché unos pasos rápidos. Por fin se habían ido y podía seguir durmiendo. O eso me creía yo. No podía pensar que la imaginación de Dani y Javi, mis insistentes hermanos pequeños, fuera tan… Insistente.

—Yo voy por ahí, tu intenta que se vuelva a despertar —Javi, el mayor, daba instrucciones precisas a su hermano. Volví a escuchar pasos a mi alrededor y el colchón venció por un lado. Alguien se había subido a la cama.
—Vamos Rebe, despierta —Dani susurraba al edredón y palpaba con cuidado para saber dónde estaba la cabeza—, que Javi…

No le dio tiempo a decir nada más, ya que (por lo que intuía debajo del edredón) Dani le hizo una seña y el pequeño se fue pitando de mi lado.

—Rebe, te doy una oportunidad de que te despiertes. Sino conocerás el frío.

Ya me había convencido, no quería conocer el frío así que me quité el edredón de encima y me incorporé, con tan mala suerte que Javi, que había pensado que no iba a hacerle caso, me tiró un cubo de agua helada por toda la cara.

—Aaahhhh ¡Está helada! ¡Me estaba levantando! —Reconozco que me enfadé un poco, pero es que el agua parecía que la habían recogido directamente del polo norte— ¡Cuando os coja!

Salí de la cama como pude porque con la mojadura se me habían pegado las sábanas y me enredé con ellas. Mientras los niños corrían hacía lugar seguro, en su caso el salón, riéndose a más no poder, cosa que me facilitó su captura. Cuando los atrapé los achuché fuerte y los mojé a ellos también.

—No se vale —Dani se quejaba riéndose, lo que le hacía perder credibilidad—, me estás mojando con tu pelo.
—Pues no haberme tirado un cubo de agua helada. ¿De dónde la has sacado?
—Del baño —el niño lo dijo con una suficiencia apabullante.

Ataqué con unas cosquillas malvadas a los pequeñajos y me di cuenta de que la casa estaba muy silenciosa. Miré el reloj que había encima de la chimenea, eran las doce de la mañana.

—Niños, ¿dónde están papá y mamá?
—Se fueron a comprar —Javi me hablaba mientras encendía la tele.
—¿Y Marta? —Marta era la encargada del servicio y niñera en general.
—Estará en la cocina.

Dejé a los niños en el salón y fui hasta la cocina, no sin antes pasar por el baño y coger una toalla para secarme el pelo. Una de las primeras cosas que hice fue cortármelo, era horrible tener la melena tan larga. Pero a Madre le gustaba peinarme y que lo tuviera así de largo. Nunca en mis veinte años de vida me cortó el pelo. Pero ahora llevo mi melena rubia a la altura de los hombros y qué libertad me da eso.

—¿Marta? —No respondió nadie. Eso me mosqueaba bastante. Volví al salón, cogí a los niños y los llevé a la habitación de nuestros padres.
—Nos van a regañar —el pequeño Dani estaba asustado, no le gustaba desobedecer, sin embargo, Javi ya estaba tirado encima de la cama.
—Baja de ahí, no hemos venido a jugar. Quiero comprobar algo, cogerme de la mano y no os separéis de mí.

Entramos en el vestidor de nuestros padres y palpé la pared del fondo.

—¿Qué haces? —Javi me miraba como si estuviera un poco trastornada.
—Magia.

Se abrió una puerta que estaba escondida y entramos, me aseguré de que la puerta estuviera bien cerrada y entramos en la habitación del pánico de nuestros padres. Acto seguido me senté en frente de una mesa con monitores, los encendí todos y en cada pantalla apareció un lugar diferente de la casa. Papá y mamá me enseñaron esta habitación el primer día que llegué, pensaron que sería útil.

—¡Hala! Se ve toda la casa, mira Javi mi habitación —Dani señalaba la pantalla superior izquierda—. Qué es eso.

Hubo un movimiento en uno de los pasillos. Una señora con el pelo canoso iba de habitación en habitación.

—¿Os acordáis de lo que os contaron papá y mamá sobre mi desaparición?
—Sí. Una señora mala te llevó.
—Pues esa señora está ahí. Voy a llamar a la policía. Gracias niños por despertarme —besé la coronilla a los dos diablillos y les abracé. En veinte minutos la policía estaba allí y arrestaron a la mujer que me quitaba el sueño.

Por fin normalidad.

FIN

  • Este relato está enmarcado en el Reto de escritura de #OrigiReto2018 para el objetivo 9- Describe un despertar original.
  • Podéis consultar las bases y apuntaros a participar en estos preciosos blogs: aquí o aquí. (Son los blogs de @Stiby2 y @MUSAJUE respectivamente.)
  • Encontraréis mis demás relatos del reto aquí




Y ahora, el recuento anual:









CONVERSATION

1 comentarios:

  1. Muy buenas Nes, ya leí el último relato. Enhorabuena por tener tooodas las pegatinas completitas. Este sí que me intuía que era el del despertar original pero para nada esperaba lo de la habitación del pánico ¡eso me ha sorprendido!

    Genial reto durante todo el año guapa, gracias por seguir hasta el final y por estar tan motivada. Un abrazo! Pronto podrás ver el ranking ;)

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