Demasiado temprano




— Por favor tome asiento — El agente no vestía uniforme como todos los que había visto al entrar en comisaría— Bueno, señorita Peláez ¿Sabe por qué está aquí?
— Creo que es por lo que vi, ¿no? — Cristina se revolvía nerviosa en la silla.
— Efectivamente señorita Peláez— Un señor de tez oscura y corte militar entró por la puerta del despacho con un taco de archivos bajo el brazo derecho y una bebida caliente en la mano izquierda— Tome, le sentará bien.

Cristina Peláez aceptó la taza de cartón humeante. Era una mujer normal, con un trabajo como recepcionista en un hotel del centro de Madrid. Le encantaba su trabajo, adoraba el trajín de la gente y hablar con clientes de cualquier país. Y era muy buena en ello, sus jefes estaban encantados con ella, no entendía que había podido pasar para que la noche se torciera y acabara amaneciendo en comisaría interrogada por dos señores de los cuales se olvidó sus nombres en el momento que los pronunciaron.

— Señorita Peláez usted es la única persona que ha visto en acción al asesino.
— Perro gigante.
— Lo que crea que ha visto no será de mucha utilidad— El agente Marcos miró a su compañero cuando le pasó uno de los archivos— ¿Le parece bien que le haga algunas preguntas?
— Por su puesto, pregunte lo que quiera— Cristina estaba de todo menos cómoda en esa sala. Se sentía sospechosa. No tenía que haber salido de casa ayer por la noche.
— ¿Le importa que le tuteemos? — El agente Lebrena dejó el resto de archivos que había traído de su despacho encima de la mesa de interrogatorios y sonrió a su interlocutora
— No, no me importa gracias— la chica miraba fijamente su bebida caliente.
— Bien, Cristina. ¿Qué hacía esta mañana en el lugar del crimen? — El agente Mateo no se anduvo con rodeos.
— Pues intentaba volver a casa y me encontré con eso…
— ¿Con qué exactamente?
— Era como un perro gigante — la muchacha cerró los ojos muy fuerte intentando borrar de su mente la imagen de un animal rabioso de casi dos metros de alto y toda la sangre a su alrededor.
— Aja. ¿Podría ser un poco más descriptiva? Nos gustaría saber cómo era ese...Bicho.
— Pues era muy grande, y peludo...Ya les digo que parecía un perro gigante— El agente Lebrena se había quedado en silencio apoyado en la pared y dejaba que su compañero llevase el peso del interrogatorio. Cristina se dirigía a él a propósito, le ponía muy nerviosa que la estuviera mirando y no hiciera nada. Pero no surtió efecto, le contestó de nuevo el inspector Mateo.
— ¿Alguna característica más? ¿Algo como una marca o un tatuaje?
— ¡Tenía ropa! — La mujer se sorprendió de su recuerdo— Me he acordado porque me pareció ridículo. En serio los perros tienen pelaje, vale que le pongas un impermeable cuando llueve, pero no hace falta ponerle un chándal a un perro.
— ¿Qué pasó cuando lo vió?
— Al principio nada,solo parecía un perro grande en plan husky hurgando en la basura con una ridícula capucha...Hasta que vi el charco de sangre— Cristina volvió a cerrar los ojos ante la imagen que su cerebro se empeñaba en enseñarle.
— ¿Qué hizo en ese momento? — Mateo se inclinó en su silla y miró fijamente a la chica
— Me quedé paralizada. El pánico no me dejó moverme...Y grité.
— ¿Y qué más? Por favor, continúe no se detenga
— Pues esa cosa se fijó en mí. Y ya pude moverme. O eso creo solo se que esa mole venía a por mi, y después de ver lo que había dejado detrás no pude más que correr.
— ¿Qué es lo que vió?
— Creo que era una chica… O lo que quedaba de ella
— ¿Cómo supo que era una chica? — Labrega habló por primera vez, pero no se movió ni un ápice.
— Llevaba falda y vi un bolso— Cristina hablaba triste y apagada.

Labrega intercambió una mirada con su compañero y salió de la habitación móvil en mano.

— Bueno, Cristina. Me gustaría reconstruir tu noche. — El hombre puso una foto, de una chica muy guapa y sonriente, enfrente de su interrogada — para saber si en algún momento de la noche viste a esta chica.
— Salí de trabajar, me fui a casa, me arreglé y me fuí a cenar con unas amigas.
— ¿Dónde cenasteis?
— Donde todo el mundo va últimamente, al Goyko Grill. Cenamos bien, por si le interesa — Cristina estaba empezando a cansarse de tanta pregunta. Se quería ir a casa a dormir y olvidarse de esa noche.
— Después de la cena, ¿A dónde os dirigisteis?
— Laura nos dijo que quería ver un concierto en el Matadero y dijimos ¿por qué no? y allí nos fuimos.
— ¿Tuvisteis algún problema al llegar?¿Visteis a la chica en algún momento?
— No. La verdad es que todo iba bien. El concierto fue un rollo. Lo admito, no me gustó nada, pero mis amigas estaban encantadas. Incluso logramos hacernos unas fotos con los de la banda.
— ¿A qué hora acabó el concierto?
— A las tres de la mañana o cuatro, la verdad es que no se que hora fue exactamente. Llevaba muchas cervezas encima.
— ¿Tomasteis algo a parte de alcohol? — la pregunta parecía de lo más inocente pero estaba cargada de intención y Cristina, que estaba empezando a impacientarse, lo pilló a la primera.
— ¡No, no acostumbro a tomar drogas. En serio que vi un… Ser enorme con un brazo en la boca! —  se tapó la boca ipso facto, se había prometido no contar esa parte de la historia. Ya era bastante raro todo como para añadir el toque escabroso de que ESO tuviera las fauces chorreando de sangre y un brazo desmembrado colgando de ellas.
— Eso no lo había contado la primera vez que mis compañeros hablaron contigo.
— Es algo que no quiero recordar. Me quiero ir a casa.

En ese Momento sonó la puerta de la sala de interrogatorios. Era Labrega y traía noticias.

— Han encontrado restos de adn en la chica.

FIN

  • Este relato está enmarcado en el Reto de escritura de #OrigiReto2018 para el objetivo: 18 -Hazle un interrogatorio de 10 preguntas al personaje que quieras.
  • Podéis consultar las bases y apuntaros a participar en estos preciosos blogs: aquí o aqui.. (Son los blogs de @Stiby2 y @MUSAJUE respectivamente.
  • Podéis encontrar mis demás relatos del reto aquí


CONVERSATION

4 comentarios:

  1. Tía, los escalofríos me están matando...

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. ¡¡¡Hola!!! Aquí estoy de nuevo. Buen relato, cumple con el ejercicio de sobras ya que hay más de diez preguntas en el interrogatorio. Peeero necesita un repasito igual que el anterior relato aunque este está mejor. Lo malo es que no cumples con el milpalabrista, cuentas 998 palabras en lugar de 1000/1050 probablemente por contar el título. No pasa nada, te lo acepto igual por esta vez a condición de que las añadas si le das un repasito a los consejos que te pongo:

    cosillas:
    Fallitos del estilo a los de tu primer relato de febrero, pero no me extiendo por qué sería poner lo mismo de nuevo :P Te comento un par.
    "...de los cuales se olvidó sus nombres..." de quienes olvidó o de los cuales olvidó los nombres, creo yo.
    "Al principio nada,solo parecía" espacio tras la coma.
    "O eso creo solo se que esa mole venía a por mi" esta frase es un poco desastre xD sería "O eso creo, solo sé que esa mole venía a por mí"

    Consejos:
    Mí- lleva acento cuando se refiere a mí como persona, no a algo mío: esto es para mí, es mi momento. Pasa igual con tú: eres tú, es tu casa.
    Sé- se acentúa cuando se refiere al verbo saber o ser: yo lo sé, se hizo tarde, sé más puntual.

    Espero que te sea de ayuda, se me da mal la ortografía en verdad xD cuando escribo tampoco le presto demasiada atención, aunque sí suelo corregir luego bastante :P

    Y nada, enhorabuena por tu pegatina completa, aunque fuiste un poco liante con el primer relato de febrero, que de primera persona tenía más bien poquito... jajaja pero se te perdona, que la idea estaba muy bien ^^ a ver que tal marzo, seguro que genial ;3

    .KATTY.
    @Musajue

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  4. Ya estoy por aquí de nuevo.
    Me ha parecido muy chulo el interrogatorio, no se ve nada forzado, es decir, sabes que es ese objetivo desde el principio pero se hace natural que un policía interrogue a una testigo.
    Está muy bien hilado con el anterior así que no hay discusión sobre el punto de heroico. Y sobre todo me ha gustado el punto macabro del brazo entre las fauces del perro gigante y también cómo la testigo repite "perro gigante" varias veces, refleja un poco el shock que debe tener.

    Detalles sobre este relato, los guiones son los apropiados (los largos) sin embargo, pones un espacio entre el primer guión y la entrada del diálogo, cuando no debería haberlo. La forma correcta sería el primero pegado al texto del diálogo y los demás pegados a la aclaración:

    "—Creo que es por lo que vi, ¿no? —Cristina se revolvía nerviosa en la silla."
    "—Efectivamente señorita Peláez —Un señor de tez oscura y corte militar entró por la puerta del despacho con un taco de archivos bajo el brazo derecho y una bebida caliente en la mano izquierda—. Tome, le sentará bien." (aquí también te faltaba el punto después del trozo aclarativo, tras el guión después de "izquierda")

    Los diálogos son la cosa más enrevesada del mundo. Te aconsejo leer esta entrada de Nea Poulain, ahí yo me aclaré bastante sobre cómo se puntuaban y ponían.

    Otro detalle es que a mí me salen 993 palabras. Ten en cuenta que si lo estás contando con algún contador de internet, al poner espacio tras el guión, te estará contando los guiones como si fuesen palabras. Te aconsejo que uses el contador de word que es más fiable.
    Por 7 palabras no nos vamos a poner tiquismiquis, sobre todo porque si hubieses sabido que te faltaban las habrías añadido al relato, supongo. De hecho puedes añadirlas si quieres y te apetece, ahora para ser justos ;-) Pero vamos, como veas.

    Por último, mencionar que tras los puntos suspensivos hay que poner siempre un espacio y que hay una frase confusa "Lo que crea que ha visto no será de mucha utilidad", creo que querías decir "nos será de mucha utilidad", si no, no tiene mucho sentido.

    Y eso es todo. Muy buenos los dos relatos, han sido muy entretenidos.
    Enhorabuena por otra pegatina completa y a por el mes siguiente.

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